Reunión

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Boruto llegó a un sitio totalmente desconocido era una estructura vieja y vacía. Noche oscura y fría. La luz de la luna era lo único que iluminaba allí tras filtrarse por las ventanas rotas.

Podía sentir el chakra de Itachi, estaba cerca y en intenso peligro. Al ir adentrándose más y más, podía ver los diversos recovecos de ese lugar. Boruto sabía que estaba lleno de trampas, por lo tanto debía estar alerta.

Así los obstáculos empezaron a aparecer y el rubio comenzó a esquivarlos uno a uno. Cuál más difícil que el otro pero Boruto no se dejaría derribar por ese enemigo estando uno de sus hijos en peligro.

Papá ayúdame...él me... empezó a tortutarme...por favor...ven por mí ¡Papá!

Boruto se desesperaba con cada segundo que pasaba. Respiraba entrecortado, cuando la voz del enemigo resonó en el ambiente.

— Vaya, vaya. Con que tenemos un polizón ¿Eh? Viniste a ver morir a este niño y por supuesto a morir tú también.

—¡Ya quisieras maldito! ¡No morirá nadie! ¡Salvaré a Itachi! En todo caso quien morirá serás tú!

Las burlistas carcajadas del enemigo retumbaron por todo el lugar, desesperando a Boruto cada vez más.

El rubio utilizaba sus diversas técnicas para poder llegar a ellos lo más rápido que podía.

Cuando Boruto al fin pudo llegar al corazón del lugar vió a Itachi encerrado dentro de una jaula hecha de chakra. Estaba inconsciente. Poco a poco un oscuro chakra iba envolviéndo dicha jaula.

— Dentro de muy poco el pequeño Itachi estará atrapado dentro de ese chakra infernal, y morirá lentamente. Y tú nada podrás hacer.

Boruto se lanzó a él dando inicio a la batalla. El entrechocar de sus habilidades, junto a las diversas luces seguido de los estruendos fue despertando al pequeño Itachi, quien sentía su cuerpo pesado por efectos de la droga que le fue inyectada.

En esos momentos Itachi sintió en su mente los gritos de su hermano Minato cargados de desesperación.

— Minato...hermano ¿Qué sucede? — murmuró intentando despertar y moverse.

En la mente del pequeño Itachi aparecieron imágenes de su hermana Erika siendo secuestrada por un desconocido. Los aterradores alaridos de ella llegaron a él, haciéndolo sentir un inútil total.

Podía ver a su hermana siendo sujetada con fuera por un desconocido que llevaba la misma túnica roja con capucha que el suejto que lo secuestró a él. Ese sujeto amenazó a todos de matar a la rubia si se movían. Minato por primera vez sintió miedo y furia a la vez.

El extraño lanzó un ataque a todos, pero en esos momentos Itachi activó su Sharingan azúl protegiéndolos a todos desde la distancia tras envolverlos con su poderoso escudo reflejó que devolvió dicho ataque al enemigo, quien desaparecía en un portal llevándose consigo a su hermana Erika.

El Sharingan de Itachi se desactivo en esos momentos, respirando entrecortado el pequeño seguía paralizado sintiendo que ese chakra oscuro se iba acercandose a su persona cada vez más.

— Papá, ayúdanos por dios.
— Itachi...

La batalla siguió pero Boruto logró triunfar al usar su Rasengan con el cual empujó al enemigo al mismo chakra oscuro que lo envolvió al complejo despedazandolo en cuestión de segundos como si de pirañas se tratasen. Los alaridos de Haruno resonaron por todo el lugar.

Boruto se apuró a destruir la jaula donde Itachi yacía prisionero.
Lo sujetó entre sus brazos y se alejó de allí. El niño abría sus ojos respirando bocanadas de aire con desesperación mientras se abrazaba a su papá.

Nuestro Padre BorutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora