En las sombras de París, donde la oscuridad amenaza con consumirlo todo, surge una heroína inquebrantable: Althea, una joven marcada por un pasado traumático. Con cicatrices invisibles y una fuerza interior indestructible, Althea enfrenta las sombra...
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Actualmente estoy viviendo en la casa de mi abuela; mis padres no quisieron hacerse cargo de mí, y yo no quería convivir con ellos debido al daño que me habían causado. Además, los golpes aumentaron desde la pérdida de mi querida abuela, mi refugio seguro.
Ahora soy aprendiz del señor Gabriel Agreste. Vi una publicación en la que estaba buscando aprendices, y como necesitaba el trabajo, conseguí el puesto ya que tenía todo lo que el señor Agreste buscaba en una aprendiz.
Actualmente, soy la diseñadora de moda de Adrien Agreste. Tengo que diseñar la ropa para las sesiones de fotos y estar pendiente de cómo se ve la ropa y Adrien al mismo tiempo. El trabajo no ha sido fácil, pero la paga es bastante buena.
Estaba dibujando algunos diseños en el parque mientras observaba cómo le tomaban fotos a Adrien. Era un momento tranquilo, la verdad. Mientras a él le tomaban las fotos, yo analizaba las futuras prendas que le quedarían bien a Adrien.
Él y yo nos hicimos algo amigos en poco tiempo. No he ido a la escuela en todo este tiempo; cuando voy a la casa de los Agreste, paso un tiempo con Adrien y él me habla sobre la escuela y de que está feliz de ir.
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Flashback:
"¡Thea! ¡Thea!" - Adrien me estaba moviendo excesivamente mientras gritaba mi nombre feliz.
"Ya, ya. ¿Qué pasa, Adrien Agreste?" - Dije mientras intentaba estar más consciente.
"Mi padre me dejo asistir a la escuela."- Dijo Adrien mientras le brillaban los ojos.-
"Oh, vaya. Me alegro por ti, Angel." - Dije mientras lo abrazaba y él correspondía el abrazo.
"Por fin podré tener más amigos." - Dijo mientras terminábamos el abrazo.
"Sí, que estás muy feliz, Angel." - Dije mientras le sonreía.
"Claro, pero aun así mi mejor amistad siempre serás tú. Tu amistad jamás la reemplazaría." - Dijo Adrien mientras me tomaba de los hombros.
"Me alegra escuchar eso, Angel." - Dije mientras le dedicaba una cálida sonrisa.
"Te contaré todo lo que pase, ¿okay?" - Dijo mientras me miraba con esos ojos color esmeralda.
"Está bien, cara de Angel." - Dije mientras lo miraba fijamente. - "Ahora voy por mi cinta de medir, necesito hacer un nuevo traje para la sesión de fotos." - Dije mientras me alejaba de él.
"Ojalá estuvieras en mis sesiones de fotos." - Dijo con un tono triste mientras miraba al suelo.
"Espera, te tengo que decir algo." - Dije acercándome a donde estaba él y tomé su rostro con mis manos. - "De ahora en adelante te acompañaré a todas tus sesiones de fotos." - Dije con una sonrisa.
