Capitulo 1: De nuevo a la acción

238 15 0
                                    

Como había llegado hasta este punto no tenia idea, había escuchado los rumores sobre criaturas extrañas que merodeaban por esta montaña alejando a todas la personas de ella pero nunca espero que fuesen reales, en este preciso momento Matsumoto Rangiku maldecía su suerte como nunca antes, siempre había detestado las tediosas labores del papeleo por ello cuando le sugirieron venir a la tierra para preparar la futura guerra de invierno acepto gustosa, menos papaleo para ella, ahora como es que se hallaba así bueno eso tenia una explicación muy simple.


Fue retada, por una odiosa chica de nombre Reiko que en cuanto la miro la tacho de ser un rubia falsa, ja todo en ella era 100$ natural y podía tocar para estar segura, momento nos desviamos del tema, fue durante una discusión con la molesta chica que termino por aceptar este ridículo desafío en cuanto escucho lo de las extrañas criaturas que atacaban gente pensó en lo clásico "hollows"; por eso mismo nunca nadie los había




Tan pronto llego al parque nacional en cuestión miro la curiosa montaña, si no fuera porque era imposible habría jurado que las gastadas formaciones rocosas habrían sido quizá estatuas parecidas a las del famoso monte Rushmore de los estados unidos, nah seguramente eran solo caprichosas formaciones rocosas nada mas, camino por el sitio tan calmado, cosa rara estaba demasiado calmado es mas no podía escuchar siquiera a un ave, fue cuando paso, el suelo tembló un momento y se levantaron de entre las rocas parecían de esos raros robots de películas antiguas de color ocre desteñido y con partes gastadas es mas algunos estaba rotos, debían ser casi media centena, los ojos de las extrañas maquinas circulares brillaron de color rojizo mientras rodeaban a la rubia mujer que apretaba su pequeña bola escolar, quizá debió cambiarse el uniforme antes de venir a este sitio


-lindos robots ustedes no atacarían a una linda señorita verdad- dijo lista para pasar a su forma espiritual.



Una de las extrañas maquinas se movió a gran velocidad casi tan rápido como un shinigami y ataco con su brazo izquierdo en un movimiento descendente, curiosamente antes de bajas el mismo brazo se abrió doblo y cerro develando una sierra circulas que zumbo al costado de Matsumoto, rodó con agilidad alejándose de esa extraña maquina para ver con horror como su maleta había sido arrancada de ella –(genial ahora si estoy en problemas, debí escuchar a taichou y no caer en esas provocaciones)- pensó frustrada la mujer mientras corría por su vida, las maquinas se movían con una increíble coordinación saltando y atacando cortándole cualquier vía de escape, estaba en grandes problemas


-que es ese escándalo- murmuro con voz somnolienta mientras se incorporaba de su cama.



Cuanto había dormido no tenia idea pero de algo estaba seguro esa si que había sido una siesta, miro a su alrededor, la pequeña recamara estaba sumida en la oscuridad justo en la base de su amada montaña, a decir verdad siempre terminaba regresando a ella sin importar lo mucho que viajara seguramente se debía porque seguía pensando en ese sitio como su hogar sin importar lo mucho que había cambiado con el correr de los años vio a la aldea de Konoha caer en el olvido y poco a poco desaparecer debajo del bosque mientras el orgulloso monumento cada día perdía mas lucidez hasta quedar reducido a una simple montaña de forma caprichosa.

El ultimo shinobiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora