Lila Pierce pensaba que el pasado quedaba en eso: el pasado.
Hasta que el primer chico que le gustó en la secundaria, Jett Rowan, vuelve a aparecer en su vida, y por medio de una red social. Más específicamente: por medio de un follow de Instagram.
¿No es graciosa la forma en la que te arrepientes de decisiones que tomaste en el pasado?
Por ejemplo, yo me arrepiento de no haberme acercado más a Lila cuando tuve la oportunidad y estaba enamoradísima de mí.
Hago una última flexión de brazos con la barra y la dejo en el soporte. Ochenta kilos, nuevo récord. Si quiero ganar músculos para mi temporada de novato, entonces hasta llegar a los cien kilos no pienso parar.
—Necesitas dejar de creerte Hulk si es que no quieres joderte el hombro, chico —advierte mi padre al entrar al gimnasio que tiene en su casa, el cual disfruto mucho ocupar hasta que planee armar el mío. Ir a un gimnasio de la ciudad no es opción cuando actualmente eres el nombre que está en la boca de todos.
—No te preocupes, papá, lo tengo todo bajo control.
—¿Estás seguro de eso?
—¿Por qué lo preguntas?
—Jett, soy tu padre, pero también tu manager —remarca—. Te escuché hablar con tu hermana sobre esta chica con la que estás desesperado por comunicarte.
—¿Escuchaste o Luna te lo contó? —cuestiono, ya cerca de enojarme.
—Eso no importa.
Por supuesto que mi hermana tuvo que abrir su boca, todavía no me cree capaz de poder con todo lo que se me viene. Lo hace para protegerme, lo sé, pero fastidia mi humor que se entrometa.
—Mira, papá... Tú lo dijiste, eres mi mánager, pero de este asunto se encarga sólo mi agente.
—Sólo quiero ayudar, Jett. Podemos ubicar a otra chica, no necesariamente tiene que ser con la que estás empecinado.
Ese es el problema: tiene que ser Lila en específico.
O, al menos, yo quiero que sea ella.
—Iré a ducharme —informo mientras me limpio el sudor de la frente con la toalla pequeña—. No sigas con el tema, papá, por favor.
***
Luego de ponerme cómodo con un buzo abrigado y unos pantalones chándal, me recuesto en el sofá de la sala.
Me gusta estar en la casa de mis padres, es el único lugar en el que puedo olvidarme de muchas cosas, y más en las fechas especiales. Navidad y año nuevo están a sólo unos días, y con ello empieza una nueva faceta para mí, la cual estuve esperando desde que papá me regaló mi primer bate, el cual todavía conservo colgado en la pared de mi habitación.
—Aquí tienes —mi madre me alcanza una taza de té y toma asiento a mi lado.
—Gracias, mamá.
—Tu padre me pidió hablar contigo, Jett.
¿Por qué no pude tener una familia disfuncional que se ignore la mayor del tiempo?
En cambio, me tocó la que es salida de una comedia navideña y piensa que el amor familiar lo puede todo.
A veces solamente quisiera ser un cero a la izquierda para ellos, que les valga una mierda lo que ocurra conmigo y me dejen vivir en base a mi estilo de vida.
Béisbol, mujeres y fiestas.
—Por favor, no empecemos esta charla, mamá.
—¿Por qué? —pregunta y me mira directo a los ojos, tratando de buscar índices de que en mi mente se instalan dudas.
—Porque estoy cansado de dar explicaciones, de que desconfíen de mis elecciones —me sincero—. Sé muy bien que papá y tú no están del todo de acuerdo con lo de mi futura relación falsa, pero yo creo que va a salir todo bien. Esta chica... Lila, es perfecta para la situación.
—¿Qué harás si se niega?
Esa es una gran pregunta.
¿Qué haré si una mujer me rechaza?
Generalmente, diría que encontraré a otra, pero no quiero hacerlo.
—Ella no lo hará —afirmo con dudas que oculto a la perfección.
—Confío en que ti, Jett, sólo espero que esta chica, Lila, no sea un obstáculo para tu carrera.
Ponerme en duda a mí es una cosa, pero ¿poner en duda a Lila Pierce? No, es demasiado.
Con mi taza de té en mano, me levanto y camino rumbo a mi habitación para chequear por decima vez si mi solicitud fue aceptada.
જ⁀➴
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