Lila
Sábado 25 de marzo, 2023
Unos gritos matutinos me hacen gruñir contra la almohada al despertarme un sábado a las —estiro mi brazo para fijarme la hora en el celular— diez y media de la mañana.
Me levanto con brusquedad y voy dando zancadas hacia la habitación de Fitzgerald. No me molesto en llamar a la puerta, en cambio, la empujo con enojo y lo veo: unos auriculares gamer gigantescos cubren los oídos de mi hermano mientras sostiene un joystick que se ilumina en una tonalidad verde. Está jugando Fornite y ni siquiera es capaz de darse cuenta de que no está dentro del maldito juego, sino en la vida real.
Le quito el joystick y me quedo mirándolo con el ceño fruncido, él no tarda en fruncir sus cejas rubias y tratar de alcanzar el aparato que sostengo sobre mi hombro.
—Dame eso ya mismo, Lila —ordena de manera autoritaria.Es un puto niño de diez años, ¿y se atreve a ordenarle a alguien mucho mayor que él? Odio que el resultado de la poca disciplina que le impusieron sea este.
—No lo haré hasta que cierres la maldita boca. Es sábado.
—¿Y? Déjame jugar.
Da un salto que apenas y llega a mi pecho. Suelto una risa en forma de burla.
—Ni siquiera logras alcanzarlo, idiota.
—¡Vamos, Lila! —dice, exasperado.
—¿Qué está pasando aquí? —Evelyn entra en la habitación ajustándose su bata de dormir.
—No me deja dormir.
—Vino a molestarme.
Decimos los dos al mismo tiempo. Nuestra madre suspira pesadamente mientras se masajea el puente de la nariz.
—Fitz, sigue jugando —le dice a él, y me hace abrir la boca indignada, pero prosigue—: Y tú, Lila, sal de aquí.
—¿Hablas en serio? —espeto enojada, y Fitzgerald aprovecha mi momento de desconcierto para agarrar el Joystick de mi mano.
—No me pruebes, Lila.
Me dedica una mirada fría y se da la vuelta para irse.
—¿Lo ves? —murmura Fitz—. Mamá siempre me pondrá primero.
Hago oídos sordos, por mi propio bien, y me vuelvo a la cama.
No llores, no merece la pena.
Trato de contenerme, pero igual dejo salir una o dos lágrimas.
A este punto de mi vida no debería importarme que Evelyn prefiera mil veces a su hijo soñado que a mí, porque, al final del día, soy lo que soy: el embarazo que ella hubiera preferido abortar.
Mensajeo a Felicity y a Holland para encontrarnos a la tarde en el centro comercial. Luego de darle a «enviar», me llega inmediatamente un mensaje de Jett con un código para escanear.
Jett: Hola, disculpa la hora.
Jett: Esa es la entrada virtual para el partido. Tu asiento estará literalmente al lado de mi dugout.
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Despertando viejos sentimientos
RomanceLila Pierce pensaba que el pasado quedaba en eso: el pasado. Hasta que el primer chico que le gustó en la secundaria, Jett Rowan, vuelve a aparecer en su vida, y por medio de una red social. Más específicamente: por medio de un follow de Instagram.