Capítulo 6

33 6 0
                                    

Lila

Jueves 22 de diciembre, 2022

La llegada de la abuela fue apenas ayer y ya mi humor dio un giro de 360 grados.

—Buenos días —saludo al llegar a la mesa de desayuno, y la única persona que me sonríe genuinamente es ella.

—¡Ya son veinte, Lila! —comenta Odell más emocionado que yo.

—El año que viene podrás tomarte tus primeros shots —agrega Evelyn, y me rio sin una pizca de gracia.

—Todavía recuerdo cuando yo estaba en mis veintes, en ese momento había comenzado a salir con tu abuelo —dice con nostalgia la abuela.

—Y enseguida me concibieron a mí —señala mamá. Marcie sólo niega divertida.

Breves instantes luego, una mesera se acerca a la mesa y deposita enfrente mío una torta pequeña con dos velas que forman un veinte. Me desea un feliz cumpleaños y se retira para que mi familia comience a aplaudir y cantarme la famosa canción característica de los cumpleañeros.

Una sensación de vergüenza se instala en mí cuando los demás huéspedes del hotel aplauden a la par.

En ocasiones me imagino a mí en mi vida siendo completamente el foco de atención de las personas a mi alrededor, se siente bien sentirte querido. Ojalá no fuese una fantasía, ojalá fuese una realidad, pero me acostumbro a ser solamente un pequeño destello que sólo resalta cuando le dan atención, o sea, nunca.

Cuando la canción llega a su final, soplo las velas y deseo mentalmente que mi familia se preocupara un poco más por todo, por mí.

—¿Ahora podemos parar con el show? —trato de mostrarme despreocupada—. Es una fecha más que pasará en horas.

—Bien, pararemos —se queja mi madre como si hubiera arruinado su fiesta, la cual es mañana.

—¿Qué quieres hacer hoy? —pregunta Odell.

—No lo sé —respondo sinceramente.

—Podemos ir de shopping —propone la abuela.

—O podríamos ir a patinar —exclama Fitz—, vi en internet un lugar.

—Fitz, es el cumpleaños de tu hermana, haremos lo que ella quiera —declara Evelyn.

—A Lila no le importará que nos vayamos a patinar, ella nunca quiere hacer nada con nosotros, así que no creo que le moleste.

Me debato mis sentimientos en este momento, odio o dolor porque hablan de mí como si fuera completamente invisible y no estuviera enfrente de ellos.

—Fitzgerald, basta —pronuncia tajante mi madre—. Iremos a patinar otro día, o en tu cumpleaños si es que no llegamos en esta semana.

—Eso no es justo. Mi cumpleaños es en agosto, el verano lo hará imposible.

Realmente quiero que esta discusión absurda termine en este momento, por lo que me hago escuchar.

—Iremos de shopping y luego a patinar.

Cuatro pares de ojos se vuelven hacia a mí, mamá asiente complacida por mi incentivo a estar con ellos, y mi hermano no para de agradecerme con su tonta sonrisa.

Supongo que siempre trataré de complacer a todos, aunque los demás no lo hagan por mí.

***

Mi outfit cumpleañero se basa en jeans blancos, suéter marrón, botas gamuza de plataforma media y un saco largo casi del mismo color que el suéter. Añado una cadena de oro, cortesía de mi abuela por mis dieciocho, una bufanda y un bolso.

Despertando viejos sentimientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora