Destrucción

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Narra Thomas (el padre)

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Estaba nervioso, pero ya estaba más despreocupado ya que nos habíamos ido de Virginia. Y porque estaríamos en una montaña, ósea, más alejados de el centro.

Después de esa conexión no pude volver a dormir, tampoco estaba demasiado cansado. Empezábamos a entrar en Atlanta y necesitaba estar atento de todo.

— Alex, déjame ahora conducir a mi. — Ví que él sabe manejar, pero yo tenía más reflejo por si debíamos salir de alguna situación más complicada.

— Pero, papá. — dijo el.

— No, no, déjame a mi. — le respondí.

— Está bien. — dijo alargando la última palabra.

Él salió y yo me puse adelante, él fue atrás y cerró la puerta. Mía seguía de copiloto, dando indicaciones.

Volví a conducir, esta vez por las calles de la ciudad. Pasamos por una calle, había un tanque y varios mutantes de esos ahí. Intente ir los más rápido posible pero sin hacer ruido. Pero, alerte a uno y el resto se entero también. Asi que acelere.

Mia miraba hacia atrás.

— Acelera están acercándose. — dijo ella.

Hice un giro brusco, por una curva.

— Joder. — dijo Alex.

Acelere más ya que eso podría hacerles que se quedaran atrás y cambiamos un poco la ruta para despistarlos.


Narra Mia

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Al cabo de un rato perdimos a los mutantes, y papá retomó la carretera hacia las montañas más cercanas, por si esos sobrevivientes se encontraban ahí.

— Papá para! — dijo de golpe Alex.

El freno de golpe.

— Que! Que pasa!? — dijimos

— Una comisaría de policía, debe haber armas. Deberíamos estar protegidos, podría ser que en este tiempo al sitio donde vamos ya no haya nadie vivo. Debemos entrar. — explicó.

Papá me miro y yo asentí, él tenía razón.

— Bien, este será el plan, yo y Alex entramos tú te quedarás en la puerta vigilando por si viene algún mutante, ¿si? — dijo el.

— Bien. —

Salimos del coche, me quede en la puerta, había un pequeño cristal pero estaba sucio, lo limpié para ver que había adentro. Se veía muy poco ahí adentro.

— Oye. — Dije.

— Que pasa? — preguntó Alex.

— Deberíais sacar las linternas del coche, ahí se ve muy poco, entra muy poca luz. —

— Oh, vale. — dijo papá y abrió el maletero. De el saco dos linternas, una se la dio a Alex y otra se la quedó.

Abrí la puerta y entraron. Encendieron las linternas y se adentraron en la comisaría.




Narra Alexander

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Entre con papá a la comisaría, la verdad tenia algo de miedo ahí, no se veía nada si las linternas llegaban a apagarse o romperse.

— Primero, revisamos que no hubiera ningún bicho de esos, segundo buscamos las armas. — le dije.

El asintió con la cabeza.

𝘕𝘦𝘸 𝘗𝘦𝘰𝘱𝘭𝘦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora