Intercambio

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Narra Thomas (el padre)

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— ¿En qué edificio le dejasteis? — preguntó el hermano del perdido.

— En una tienda de ropa, arriba del todo. — respondió T-dog.

— Como le haya pasado algo o este muerto vas tú detrás, te aviso. — amenazó a T-dog.

T-dog asintió nervioso.

Una vez llegamos salimos con el arma en mano. Revise que estuviera cargada, rodee el coche para quedar al lado de Rick.

Primero miramos que la zona no hubiera mutantes.

— Hay un problema, que ni Thomas, ni Daryl sabéis. — empezó a hablar Rick no muy fuerte. — Había muchísimos caminantes por la otra esquina, y si hacemos ruido los alertaremos y vendrán. —

Todos asentimos. Rick entró primero, después fue Daryl seguido de T-dog y de mí, y por último fue Glenn.

T-dog revisó un poco que no hubiera ningún mutante, o, "caminante" como lo llama Rick y el resto. Después Daryl paso primero y subió con bastante rapidez las escaleras que llevaban a la azotea, donde dijeron que dejaron a su hermano. La puerta estaba abierta cuando llegamos y había una cadena rota.

Él se apresuró a ver donde lo abandonaron, pero no había nada, solo una mano con una esposa atada a una tubería.

— ¡Joder! ¡Este tío es gilipollas! ¡Y vosotros también, por vuestra culpa mi hermano está perdido, o muerto! — dijo el de la ballesta acercándose a Rick.

— Si no lo encontramos, te mataré a ti también, y después irá él. — dijo señalando al moreno.

Daryl empujó con el hombro a Rick y bajo de nuevo las escaleras, yo le di una mirada rápida al policía y bajé.

Un motor de coche se oyó en la calle, suficiente para que todos nos alertáramos y nos escondiéramos abajo.

Glenn sacó la cabeza para ver de qué o quien se trataba. De un coche salieron dos tipos y un chaval.

— Este es el nuevo plan. — Empezó a susurrar Rick. — Iremos por detrás de la tienda. Saldremos por el callejón. Glenn, tú irás a por la bolsa de armas que está al lado del tanque, tú... — Señaló a Daryl. —... te quedarás en el callejón esperando a Glenn, nosotros iremos a por el coche y vendremos ahí a buscaros, ¿sí? — terminó de explicar.

— Por mi bien, se ve buen plan.— dije.

Los demás asintieron menos Daryl que nos miraba a todos desconfiados, pero al final hizo un gesto de "sí".

Empezó el problema, los cristales de la tienda estaban rotos, al igual que las puertas, si nos poníamos de pie el único muro que quedaba de la pared nos llegaba por los muslos, así que deberíamos ir agachados todo el tiempo hasta llegar a la puerta trasera.

El que mejor lo tenía era Glenn, no solo porque era el más delgado, sino porque tenía un estante de ropa con un agujero por el cual podría pasar y lo demás sería solo caminar hasta la puerta.

Rick empezó a arrastrarse por el suelo, T-dog solo se puso de rosillas y camino en cuatro patas hasta la puerta, fue el primero en llegar. Yo hice como Rick y me fui arrastrando por el suelo, al llevar una camiseta de manga corta, ya que la chaqueta la tenía atada a la cintura, mis brazos se estaban cortando con los cristales del suelo. Pero ignore el dolor, llegue a la puerta y ayude a Rick a levantarse, no sé cómo, pero Daryl también llego, faltaba Glenn, el cual se le estaba haciendo más difícil que ninguno llegar al final.

— Mierda. — leí en sus labios después de pisar unos cristales y hacer bastante ruido.

Los hombres se alertaron del ruido y se giraron a ver de donde provenía. En ese momento Glenn se agachó y avanzo lentamente hacia nosotros intentando no pisar o clavarse en este caso ningún cristal más.

Uno de los tipos le hizo un gesto con la mano al otro para que fura a revisar asi que rápidamente le hice una seña al coreano para que viniera más deprisa hacia nosotros él se levantó de golpe y los cinco nos echamos a correr hacia la salida, Glenn no dejo de correr, aprovecho la adrenalina y siguió corriendo hasta la bolsa de las amas, Daryl se paró en el callejón con la ballesta arriba por si algunos de los otros venía. Yo y Rick seguimos corriendo hasta el coche, que para nuestra sorpresa no estaba.

— Esto es una completa mierda. — dijo Rick cuando asimilo la situación en la que estábamos.

Volvimos corriendo a donde quedamos que estaríamos con el coche, ahora sin coche... Los tipos tenían a Glenn, Daryl tenía a uno de los suyos y le estaba apuntando con la ballesta.

— Deberíamos hacer un trato.— dijo Rick intentando calmar la situación.

— Bien, mi chaval y la mitad de las armas. — dijo el hombre.

— No, tú nos das las armas y a él, y nosotros te daremos a tu chaval. — volvió a dar otra oferta.

— No, sin armas no hay trato. — volvió a rechazarla.

No dejaron que Rick u otro dijera otra opción, se fueron con Glenn en la parte de atrás de la camioneta.

— Todo esto es culpa tuya, poli. — dijo Daryl agarrando con rabia al recluso.

— No, todo hubiera salido bien si, primero, tu hermano no se hubiera ido, y segundo, esos tipos no hubieran aparecido. — contesto.

— ¿Cómo sea, vais a quedaros ahí o vais a buscar al chino? — dijo mientras se asomaba a ver la carretera para ver si habían seguido recto o no.

— Claro, ¿alguna idea? —

— Podríamos... — empecé a hablar para que me prestaran atención. — Seguir las huellas que dejó la camioneta, ya que salió rápido, más el ruido, cuando lleguemos al lugar, que Daryl y T-dog rodeen la zona y tú y yo estaremos al frente para hacer el intercambio. — Propuse.

— Es buena idea, mientras esta vez no dejemos a nadie atado a una tubería. — contesto Daryl sarcástico.

Nadie más dijo nada, asi que empezamos a caminar deprisa para llegar antes de que se haga de noche. Caminamos por 25 minutos. Al llegar nos encontramos a las afueras de una fábrica de ladrillo abandonado. Adentro se oían voces y reconocí la del hombre de antes.

— Pss. — Les avisé. — Ahí es. —

Señale a los que tenían que rodear el edificio, Rick y yo nos colocamos delante de la puerta, donde había gente que vigilaba por las ventanas y nos vio, por eso abrieron la puerta de abajo. Donde un hombre de baja estatura, el cual llevaba un pañuelo en la cabeza salió primero, y detrás había muchos más hombres, algunos armados, otros con machetes o con palos...

— Venimos a hacer el intercambio que unos de tus hombres no quiso hacer, vosotros tenéis una bolsa que me pertenece, y uno de mis hombres, yo tengo uno de vuestros hombres. — explico Rick.

— El trato no es equitativo. — dijo.

— Lo sé, pero las armas nos pertenecen, y van en conjunto con mi hombre. — replico el sheriff.

Del edificio salió una señora mayor, y le dijo algo a uno de los hombres. Por cierto el más musculoso.

— Oh, pero que hacen aquí estos caballeros, pasen, les daremos galletas. —

Me quedé flipando, ¿una señora mayor entre tanto maleante?

— Señora Jenquings pase adentro, no es el momento adecuado. — dijo el líder.

— No me digas que hacer, pasen, pasen. — volvió a ordenar la señora.

Los hombres hicieron un pasillo y nosotros entramos, adentro de una especie de ¿sala?, habían más ancianos, en una silla estaba Glenn con unos cachorros.

¿Esto era una broma, no? ¿O una trampa?

— Mira, aquí cuidan a los ancianos desde que empezó el apocalipsis. — Dijo Glenn.

— ¿Qué? — dijo Rick totalmente desconcertado.

— Pues eso, ellos solo cuidan de la gente mayor. — volvió a decir.

— Tomen, son galletas. — dijo la señora ofreciéndonos una caja llena.

— Oh, no, gracias quédenselas. — dijo Rick siendo modesto.

— No, insisto, tenga. —

Rick las agarro. — Muchas gracias, mire, veníamos a que nos devolvieran a nuestro amigo, que ellos se lo llevaron, más las armas que tuvimos que recuperar, ya que se me olvidaron, ¿le importaría convencerles? — pidió Rick.

— Claro hijo, no hay problema. — dijo ella yendo hacia el líder.

Al cabo de unos minutos el líder vino con la bolsa de las armas y las tiro a pocos centímetros míos, a lo que yo me agaché y las agarre.

— Gracias. — dije.

Glenn se levantó y nos fuimos, al salir Rick abrió la bolsa de armas y agarró dos pistolas, y sé las dió.

— Veo que lo que haces es para bien, cuidáis de ellos. Os lo merecéis. — dijo él dándoselas.

— Gracias. —

Después de eso nos fuimos, al volver al centro de Atlanta buscamos un coche que arrancara y nos montamos, lo pusimos en marcha y nos fuimos.

— Sois unos cabrones. — dijo Daryl en medio del camino.

— ¿Ahora qué pasa? — pregunté.

— Pues que hemos venido para nada, mi hermano no está. —

— Hemos venido también a por las armas. — aclaré.

— Me la suda, yo quería a mi hermano de vuelta. —

Con eso concluyó la conversación en lo que quedaba de trayecto.

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No tiene mucho misterio este capítulo, se basa en el episodio que van a buscar a Merle, solo que cambie que se unía Thomas.

Si después de leer este capituló pensáis que se os a hecho muy aburrido decírmelo en los comentarios y no haré estilos así.

¡Empezaré el quinto ahora! 💓

𝘕𝘦𝘸 𝘗𝘦𝘰𝘱𝘭𝘦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora