Lazos

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Narra Thomas

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Me llevaron a una granja rara, había una casa blanca con un bonito porche con flores y plantas. En las escaleras del porche estaba mi hijo con las manos en la cara y moviendo la pierna nervioso. T-dog, o básicamente, el negro, me llevaba agarrado del brazo que tenía esposado por detrás.

-- ¿Me puedes llevar con Alexander un momento?-- pregunté, a lo que él negó con la cabeza y siguió el rumbo hacía un maizal, o granero, no lo sé, lo que si sé es que me iban a volver a esposar a una tubería.

-- Por favor. -- dije cambiando un poco el rumbo haciendo fuerza hacía Alex.

-- Shane me ha dicho que te esposé a la tubería del granero sin ningún inconveniente o alguna parada por el medio. --

-- Es mi hijo, por favor, es un momento. -- rogué haciéndome un poco la víctima.

Él resopló y puso dirección al porche. Una vez estuvimos lo suficientemente cerca de Alex como para qué me escuchará al hablar le dije.

--¿Qué pasa?--

Él de golpe subió la mirada y al ver que se trataba de mí se volvió a cubrir.

-- Nada, no pasa nada. -- dijo.

--¿Y tu hermana donde está?--

--No te importa después de lo que dijiste el otro día.--

--Dímelo.--

--Dentro de la casa, coño, sigue inconsciente.--

--Mm, igual ni despierta...-- Dije con una mirada fría.

--¡Eres un tremendo hijo de puta!-- dijo Alexander poniéndose en pie de golpe con furia y agarrándome del cuello con ambas manos.

--¡Alexander! ¡Ey Ey! -- exclamó T-dog intentando separarle de mí.

--¡Shane! ¡Que venga alguien!-- volvió a decir.

Noté que me empezaba a faltar el aire, pero, llego un momento que todo se nubló, finalmente, Daryl vino corriendo y separó a Alexander de mí, yo no sé como acabé en el suelo intentando recuperar el aliento, Alexander con los nudillos blancos y las manos rojas de toda la fuerza que había ejercido en mí, y Daryl delante de Alexander poniéndole las manos en el pecho.

--¿Qué cojones ha pasado?-- preguntó Daryl.

--Ese debería estar muerto.-- dijo señalándome y mirándome fijamente, después mientras se alejaba, escupió.

Narra Mia

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Empecé a escuchar de fondo unas voces desconocidas, ¿Quiénes serían?

Comencé a abrir poco a poco los ojos y la luz de la ventana que tenía enfrente mío me deslumbró. Vi a un señor mayor con una aguja y un suero en la mano, en frente mío también estaba una mujer rubia con una trenza adornando su pelo. Poco a poco seguí abriendo los ojos hasta que ellos se percataron que había despertado.

--Mia, ¿cómo te encuentras?-- preguntó el hombre mayor. ¿Cómo sabía mi nombre?

-- ¿Quiénes sois?-- pregunté.

--Tranquila, cuando te desmayaste, Shane te cargó en brazos y te trajo hasta aquí, a fuera está tu hermano y el resto. -- Dijo la mujer.

--¿Cómo te encuentras?--

--Dentro de lo que cabe bien, pero... -- toque mi ceja y note algo puntiagudo, o más bien, algo de metal. -- ¿Qué me habéis puesto? --

-- No sabemos con qué, pero te diste un golpe en la ceja, supongo que con alguna roca o algo, no sé, pero te tuvimos que poner puntos. -- me sorprendí, ¿había sido para tanto el golpe?

--¿Y mi hermano?--

--Ves a llamarle. -- dijo el señor nuevamente.

La mujer se fue, y después se fue el señor, espere unos minutos y mi hermano entró lo más rápido posible a la habitación.

-- Mia, mi niña, ¿Cómo te encuentras? ¿Qué te pasó? ¿Te duele algo ahor...-- no le dejé acabar.

--Alex, ey, estoy bien, no ha sido nada demasiado grave, un desmayo y no sé ni como, una brecha en la ceja. -- al final reí irónicamente.

-- Te amo, ¿vale? No lo olvides nunca que al fin y al cabo eres mi hermana pequeña y yo tengo que cuidar de ti. -- dijo él a lo que yo sonreí y él me abrazó sin hacer demasiada fuerza.

-- Espera, ¿y Carl? -- él se separó y sin decir nada me miro por unos segundos, me estaba imaginando lo peor, pero me negaba a imaginar que hubiese muerto.

-- Alexander, no me jodas que ha muerto. -- mis ojos se llenaron de lágrimas.

--No ha muerto, pero está en estado bastante crítico, Shane y un señor de aquí, llamado Otis, han ido a buscar a un hospital medianamente cercano lo necesario para extraerle la bala, pero sí que está en una zona demasiado peligrosa, hace un rato despertó, pero volvió a quedar inconsciente, aunque, también tuvo convulsiones. -- el pánico entró en mí. Me destapé y saque las piernas de la cama.

-- ¿Dónde vas? -- preguntó él.

-- Necesito verle. -- me levante y me maree por un segundo, pero me agarre al brazo de Alex y él me agarró del hombro y la espalda.

-- Deberías descansar tú también y después ya ir a verle cuando estés más tranquila. -- me soltó y caí en la cama.

-- No, necesito verle ahora mismo. -- Volví a levantarme.

-- Mia...--

--Alexander, lo necesito. --

Él bufó y se rio -- Qué cabezota. -- me ayudo a ir al cuarto donde Carl estaba, cuando le vi casi se me parte el alma al ver así a Carl. Rick tampoco tenía muy buena cara, estaba medio pálido, con el brazo extendido y un algodón en la parte de las venas, supongo que le habrían sacado sangre.

Me senté en la silla que estaba al lado de la cama.

-- ¡Mia! ¿Estás mejor? -- preguntó el sheriff nada más ver que me senté.

-- La verdad que un poco mejor sí que me siento, lo único que me hice una brecha en la ceja y pues me pusieron puntos, pero nada más grave que eso. -- hice un intento de sonrisa.

-- Me alegro, cielo. --

Hubo unos minutos de silencio.

--¿Hace cuanto más o menos se fue Shane y Otis? -- dije, rompiendo el silencio.

-- Hora y media, o algo así. -- contesto Rick.

-- Joder...--

Pasaron unos minutos más y me rugió la barriga, tenía bastante hambre y estaba un poco mareada de nuevo.

-- Iré a comer algo. --

-- Sí, mejor, que no comiste nada cuando te despertaste. -- Alex dijo.

-- Buen provecho. -- dijo Rick y en el momento que Alexander vio que me levanté, se levantó el de golpe y me agarro del brazo por si me caía.

-- Gracias, Rick. -- le sonreí y agarre a Alex de su brazo y comenzamos a ir hacia la habitación donde estaba antes. Me senté en la cama.

-- Antes, Glenn y una chica morena estaban preparando más sopa, y algo de pollo también, ahora te traigo. -- salió del cuarto.

Lo más preciado y querido que me queda en mi vida es mi hermano, el único que está conmigo desde siempre, el único que se preocupa por mí y me cuida, obvio que el resto de los del grupo también, pero creo que ninguno haría por mí lo que haría mi hermano. Él es mi sangre, el resto es gente conocida que conocemos desde hace unos días, aunque el hecho de que seamos un grupo hace que tengamos que protegernos los unos a los otros, y que seamos una piña.

Pero quién sabe, quizá yo podría estar a solas en una situación de peligro con alguien del grupo, y que quizá, aun pudiendo salvarnos los dos, prefiera sacrificarme para que esa persona tenga más posibilidades de salvarse.

-- Volví. -- dijo Alexander, dejando en la mesita de noche una bandeja, no muy grande, con un cuenco de sopa de verduras y dos trozos de pollo en un plato. Me acercó el cuenco y la cuchara. Finalmente, algo de comida caliente.

-- Alex, te amo, gracias por lo que haces por mí. --

-- Eres mi hermana, es lo mínimo que puedo hacer por ti, yo también te amo. -- acaricio mi mejilla y fue hacia la puerta para irse, pero, antes de salir, se detuvo.

-- Que aproveche. -- me guiño el ojo y se fue.

Me tomé la sopa y comí el pollo, estaba realmente hambrienta, después de comer no sé el porqué, pero me dio mucho sueño y me dormí.




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𝘕𝘦𝘸 𝘗𝘦𝘰𝘱𝘭𝘦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora