Acaricias la cabeza del Kangal antes de agarrar el cubo metálico lleno de semillas, frutas e insectos y levantarla del suelo.
— Vamos, Checo— dices al animal mientras sales del granero en dirección al gallinero.
El sol primaveral golpea tu cara de forma agradable.
Los pájaros revolotean y cloquean, felices de ver aparecer el cubo que ya reconocen. Abres la puerta de la verja y caminas con cuidado de no pisar a ninguno, consigues acercarte al comedero y lo rellenas, haciendo que los animales te ignoren para centrarse en la comida.
Es tu turno de ignorarles mientras entras en el gallinero y recoges unos cuantos huevos, sales poco después y con la ayuda de Checo contienes a los pájaros en su recinto.
— Buen chico — acaricias la cabeza de tu perro y caminas hacia la casa con la recolecta.
Ves a tu padre, Fernando, trabajando en el huerto a lo lejos, con Max, un Jack Russell Terrier; y a tus abuelos, Camila y José, sentandos en las mecedoras del porche.
Checo te sigue mientras te acercas y Camila te sonríe tan cariñosamente como lo hace una abuela a su nieta.
— ¿Está habiendo suerte con las gallinas? — pregunta, mirando por encima el cubo con los huevos. Tú se lo enseñas.
— Sin duda, esos pajarracos están dando una buena temporada últimamente — respondes con una sonrisa y tu abuelo ríe.
— Estás trayendo suerte a la granja, Sofi.
— Eso espero, abu.
— He dejado limonada en la cocina, llévale un poco a tu padre.
— A la orden.— Agarras la puerta mosquitera y la abres, justo cuando vas a entrar, escuchas a Max ladrar.
— Debió haber visto un conejo— después de las palabras de tu abuelo, Checo gruñó y miró en la misma dirección, poniéndose a la defensiva.
— No, no es un conejo— dejas el cubo en el suelo y agarras la escopeta y una pistola que dejaba tu abuelo cerca de la puerta.
Corres hacia tu padre con Checo siguiéndote y le entregas la escopeta, quedándote tú con la pistola.
— Sofía, atrás de mí— te ordena tu padre de forma protectora.
No le haces caso, preparando tu arma mientras los perros se posicionan por delante vuestra. Fernando suspira y se pone por delante de tí, cuando vas a protestar, Checo ladra y recibe otro ladrido de entre los arbustos.
— Checo, espera.
El perro lloriquea impaciente y Max se muestra cada vez más inquieto, esperando órdenes de tu padre.
Un hocico sale de entre los arbustos, oliendo, lloriquea y sale entero, mostrándose sin señales de ser agresivo o atacar. Un Pastor Alemán, con chaleco antibalas, la bandera Estadounidense y un nombre, Riley, se para débilmente sobre sus patas a unos metros de vosotros.
— ¿Qué carajo...?
No bajas la guardia a pesar de que Riley no parece querer atacar, sólo lloriquea y se mueve de forma inquieta, mirando de vosotros a de dónde viene.
— Parece que quiere decirnos algo.
— Tú no chingues y quédate quieta — miras por un momento mal a tu padre antes de centrarte de nuevo.
Se añade un nuevo sonido, seguidos de pequeños jadeos y gruñidos. Dos figuras, una cargando a la otra.
Cuándo se hacen más visibles los identificas: dos hombres, soldados, estadounidenses y heridos. Uno tenía la cara pintada y otro portaba una máscara.
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The Farm [David "Hesh"/ Logan Walker]
Hayran KurguEras joven cuándo la guerra estalló y te tocó huir de tu ciudad, alejarte de todo lo que conocías y crecer en la granja de tus abuelos, lejos de todo lo que tuviese que ver con el caos... Hasta que llegaron dos soldados en busca de ayuda. [Fanfic Ca...