♡ : EPÍLOGO

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Advertencias: HyunIn, Hyunjin!OmegaxJeongin!Omega, aunque Hyunjin es activo. Final y fluff.

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—Niñas, ¿qué les he dicho?

La pequeña Lisa, de siete años, hizo un puchero mientras le agarraba la mano a Lía, de tres. Chan sonrió, poniéndose de cuclillas para quedar a la altura de las pequeñas.

—Que no debemos meternos a tu oficina. — dijo Lisa, poniendo una expresión triste.

Chan abrió la boca para decirles algo, pero en ese momento, la puerta fue abierta estrepitosamente.

—¡Aquí están!

El alfa rodó los ojos al ver a Félix entrar corriendo, con el cabello despeinado y una mirada de preocupación. El omega miró a Chan, haciendo un puchero y viéndose igualito a su pequeña hija.

—Lo siento. — se disculpó Félix. — me desconcentré un segundo y salieron corriendo a buscarte, Channie.

Chan le agarró la mano al menor, dándole un beso en sus dedos, y notó enseguida la forma en la que se relajó. Eso siempre parecía calmarlo.

—Está bien, Lixie. — Chan le soltó antes de agarrar a Lisa, elevándola por los aires y sacándole una risa. — son mis bebés, después de todo.

Notó la expresión de felicidad en el rostro de Félix ante sus palabras, aliviado de ver que su alfa quería a las cachorritas que le dio. Contento de ver que Chan no era su padre y si se preocupaba de sus hijas.

Chan pensó brevemente en eso. Dongwon había fallecido de un infarto –quién lo diría–, cuando Félix estaba esperando a su primera cachorrita, siete años atrás y un año después de que Chan y Félix se casaran. La muerte del Alfa provocó un breve caos en la manada, todos apuntando a un nuevo líder, y cuyo pesó cayó finalmente sobre Chan, al estar casado con el hijo menor de Dongwon.

El muchacho había querido negarse varias veces, especialmente porque tenía sólo veintiún años, ¡no estaba habilitado para dirigir una manada! Pero no existía una persona que quisiera disputar por el poder, ni siquiera algún hombre mayor, porque todos sabían la carga que significaba ser un Alfa de manada. Ni Minho quería asumir ese papel. Así que era Chan... o el idiota de Changkyun.

Félix estuvo muy nervioso esos días, en los que Chan ya asumió como Alfa, tratando de hacer todo bien, pero fracasando torpemente. El mayor, entonces, decidió hablar con él y mientras conversaban, el omega se puso a llorar y le confesó que tenía miedo de que Chan se encegueciera por el poder, como pasó con su padre, y le tratara mal. El alfa le prometió por su vida que jamás actuaría de esa manera con él, pero Chan sabía que a Félix todavía le costaba creerle un poco.

No importaba, no realmente, porque Chan había aprendido a querer a Félix con el paso del tiempo. No podía decir firmemente que le amaba, de la misma manera en que sabía que el omega no le amaba, pero los dos se entendían bien, pasaban buenos momentos y se querían. La rutina, a veces, era fastidiosa, sin embargo, podía ser también muy agradable y cómoda.

Además, Félix resultó ser un buen compañero en todo sentido. Le apoyaba, le aconsejaba, y era fértil. Ahora estaba en espera de su tercer cachorro.

Con el paso de los años, Félix fue amoldando su carácter a uno menos permisivo y más maduro. Chan recordaba que, luego de la huida de Jeongin, Dongwon quiso que Changkyun cortejara a Félix, pero el omega enloqueció por completo y se negó a eso. Chan aún podía ver, como si estuviera ocurriendo frente a sus ojos, a Félix gritándole a su padre en medio de una reunión familiar que le dejara en paz, porque él ya tenía un alfa y no quería a nadie más.

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