En la habitación, Mindy daba vueltas de un lado a otro con algo de nerviosismo.
- Llevo 10 minutos esperándote, ¿estás lista? – preguntó ella.
Toda la ropa volaba del armario a la cama, al suelo e incluso a Mindy.
- Dame un segundo. – contestó Lyla.
Después de varias lluvias de ropa, encontró por fin el atuendo perfecto para el día de hoy. Cuando se giró, Mindy estaba con la frente arrugada, esperando a que estuviese lista para poder empezar su día. Con una sonrisa algo culpable pasó al lado de Mindy, la agarró del brazo y salieron juntas de la habitación. Caminaban por el pasillo cuando otro ángel rozó el hombro de Lyla al pasar corriendo. Tanto los profesores como los alumnos pasaban volando ansiosamente con la mirada puesta en los grandes ventanales de cristal de la escuela, como si estuvieran alerta.
- Menudo caos hay en la escuela. – comentó Mindy a su lado.
- Nunca había visto tanto pánico. – apuntó Antony.
Su voz la sobresaltó, pues no le escuchó llegar hasta donde se encontraban Mindy y Lyla. Sus apariciones repentinas le daban escalofríos. Todavía tardaría un poco en acostumbrarse a ello.
- ¿Tan serio es esto? – preguntó Lyla sin comprender.
Después de los acontecimientos del día anterior, con las gaviotas y aquella criatura que la agarró no sabía muy bien cómo actuar ni que pensar. Quería pensar que se trataba de algo sin mayor circunstancia, pero Mindy la miró y señaló que esto no era la Tierra y que las cosas que sucedían aquí eran por motivos totalmente diferentes.
Caminaron por los pasillos hasta llegar al pasillo central de la escuela, aquel mismo en el que se quedó completamente absorta la primera vez que entró en esta escuela. Ángeles y demonios empezaban a amontonarse en el centro del pasillo. Sintiendo curiosidad, se acercaron con los demás. Mindy la agarró de la mano y fueron abriéndose paso entre los diferentes estudiantes. No pudo ver con claridad lo que ponía, pero en un lateral de una de las paredes había algo escrito con lo que parecía ser sangre. Al verlo, Mindy tiró de Lyla para alejarse de allí, así que no tuvo más remedio que seguirla. De vuelta a su rutina, entraron en clase. El profesor Gerald estaba de espaldas a sus alumnos y miraba por la ventana, buscando algo en el cielo; suponía que los acontecimientos de ayer eran más graves de lo que Lyla quería creer.
- Ya que estamos todos, quiero anunciaros algo. – dijo Gerald.
Al verlos entrar por la puerta, Emma se dirigió a Antony señalándole un sitio a su lado para que se sentase. Le siguieron y se sentaron todos en la misma fila, con Antony al lado de Emma.
- Parece que hoy está de mal humor. – susurró Emma a nadie en particular.
- Como todos sabéis, ayer hubo un incidente. Los rumores sobre el mito de Bount se han extendido por toda la escuela. – dijo Gerald.
Todos los estudiantes empezaron a susurrar y algunas dudas empezaron a aparecer en la cabeza de Lyla: ¿Qué es el mito de Bount? ¿Qué relación tiene con los incidentes de ayer? En seguida, el susurro se volvió un zumbido incontrolable. Gerald abrió las alas y las agitó nerviosamente a la vez que gritaba:
- ¡Silencio! – Hoy bajaremos a la facultad de los demonios en el infierno. Ya que tenemos una lección de mitología, os contaré un poco sobre lo que susurráis. Y, entonces, dejareis de tener miedo por un simple mito. –
Ante esta noticia, algunos demonios y ángeles empezaron a protestar. Lyla miró a sus compañeros y pudo ver que Emma tenía una extraña expresión y Mindy sonreía con picardía. Gerald se interpuso ante todos y dejó claro que volarían todos a la facultad de los demonios y, una vez allí, les explicaría para qué habían acudido.
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Los misterios celestiales
FantasyDespués de morir, Lyla Walker terminó donde menos se lo esperaba, en la escuela de ángeles y demonios. Durante ese camino, hará amigos y enemigos, mientras aprende a convivir rodeada de ángeles y demonios e intenta averiguar quien es su asesino.