5|PROBADAS PLACENTERAS

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♠️CAPÍTULO V♠️

Nicholas Cage

Nunca debí mirarle a los ojos, la capacidad que poseen me hacen estar un poco precavido y eso de ser precavido no me ha importado una mierda a lo largo de mi vida, he besado y follado con quien se me apetece desde que tengo dieciséis, pero nunca había querido besar a alguien que visita la misma facultad, con tantas ganas, cómo mucho unos cuantos polvos con Alisson, pero tenía una regla bastante clara, «No chicas de la misma facultad» aquello me evitaría dramas a futuro con los que no quería lidiar, pero allí estaba ella.

Un pecado capital por donde se le mirase. Sus uñas negras impecables que incitarían a cualquier hombre a desear que le aruñe con ellas en la espalda, sus labios tentadores, las curvas de su cuerpo, su cabello sedoso y ni hablar de su maldito rostro y esa mirada lasciva.

Todo en ella es elegancia pura, denota de una vez que no debí meterme con ella desde el primer día de clases cuando le mostré el dedo corazón a modo de disculpa pensando que se trataba de una persona cualquiera de la universidad, pero no, fue verla echa una furia en frente de mi coche y ver un reflejo de lo que se extiende por mi alma. Seguridad, ego, confianza y dinero.

Ella es un desafío andante, no uno cualquiera uno más bien provocativo con el mero hecho de su presencia, uno tan capaz y seguro de lo que hace, uno que no se intimida con mi presencia al contrario, sabe lo que quiere sabe que puede conseguirlo y aquello me afloja por completo dejándome sin cuidado.

Continúa mirándome con sus ojos debajo de unas largas pestañas las cuales revolotea varias veces despacio de manera tortuosa.

Maldición, se relame los labios de forma lasciva y...

Impacto mis labios contra los de ella y siento cómo reacciona todo su cuerpo. Su boca es suave, delicada y tiene un dulce sabor intenso. Me da paso para saborearle hasta lo más profundo de su boca y me hace mover mi lengua al compás de la suya y adentrarme hasta lo más profundo. Lascivia pura.

Su beso me quema, me hace besarla con más intensidad y...

Sus labios se acoplan a los míos y nuestras lenguas se incitan entre ellas intentando satisfacer los deseos que emanan ambos cuerpos.

Maldigo internamente, pero soy incapaz de separarme de sus labios, ella no parece dispuesta a hacerlo por igual y sin importarme el lugar donde estamos la acerco a mi cuerpo sujetándole el trasero en el proceso, ella coloca sus manos en mi cabello y tal es la desesperación que...

― Excelente lección... Nicholas ― se separa de mis labios hablando con respiración acelerada y su cara roja por el calor que acaba de experimentar.

No digo nada solo la observo, quiero tomarle de la mano, sacarla de allí y follarla hasta que me canse, pero...

― Kylie, te has tardado... ― Samantha se acerca hasta ella y cuando me ve sus ojos se abren como platos, pero me importa un carajo.

― He tenido que soltarle unas cuantas estupideces a este imbécil ― se mofa mirando a su amiga y tomó mi vaso de whisky con toda la calma que puedo. Si no hago aquello sería capaz de cosas de las que luego me arrepentiría.

Mi miembro amenaza con estallar con la intensidad de esta hembra. Pero sus palabras cargadas de veneno me centran.

― Si cuando a soltar te refieres a las danzas de nuestras lenguas de hace un rato, extraña tu forma de discutir entonces ― le digo y el que no se inmute con mis comentarios me enoja y al mismo tiempo me pone como un tren.

― Nos vemos en la siguiente lección ― me guiña un ojo y contengo las ganas de estrangularla. Empieza a sacarme de mis casillas.

Observo cómo se va hasta la pista de baile y comienza a bailar a un ritmo lento de Feet two, sin ningún reparo, cómo si lo que acabara de pasar no ha sido más que un intercambio de copas. Aquello hace que me enoje más, estoy a punto de ir a buscarla, pero que se crea el puto centro del mundo me hace terminar con mi trago obligándome a salir de ahí. No debí pasarme hoy por aquí.

ENGAÑO ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora