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IN BLOOM
NIRVANA

Vi como esos hombres dejaron de comer por verme, Vale. Estaba nerviosa, me escondi detrás de Vargas.

- Vamos muñeca, ellos son mis amigos.- me dijo el señor Vargas con calidez.

Asentí nerviosa y brinde una media y no muy notoria sonrisa.

- H-hola...

Todos sonrieron pero no pude notar la sonrisa de el de calavera y el de capota.

- Denle espacio a la niña.- dijo Vargas.

- ¿Puede ser a tu lado...?- pregunte a Vargas.

- Esta bien.

Los chicos dieron un espacio y me senté al lado de Vargas pero en mi derecha estaba Konig.

Pidieron comida y la verdad no es que tuviera tanta hambre. De hecho no tenía ganas de comer.

A decir verdad, era raro estar aquí. Ser la única chica en esa mesa junto con hombres grandes, musculosos y a primera vista daban miedo.

Trajeron la comida y para ser sinceros... no se veía apetitosa.

- Vamos pequeña, come.- dijo Vargas.

- Es que...- pare y luego trague en seco. -... Si. Voy a comer.

Vale, la comida era rara, una porción grande de carne, arroz con tomate, un gran platano asado y una ensalada que olía feo.

- Alejandro, creo que esta comida no es apropiada.- dijo un chico con un peinado punkero.

Levante la mirada, con mis ojos suplicaba que me cambiaran ese plato.

- Oh, creo que si. ¿Quieres otra cosa?- Me dijo Vargas mientras me miraba.

- Tal vez... si no es molestia.- Dije timida.

Alejandro miro al de capota y el asintio.

- Iras con König a pedir algo más apetitoso para ti.- me dijo Vargas mientras König se levantaba de la silla.

- S-si...

Me levante y König me miro.

- Vamos.- su voz era gruesa, pero su asentó era alemán, lo supuse.

Llegamos y comencé a mirar la comida.

-Puedes pedir lo que quieras, te recomiendo la ensalada de fruta, lleva leche con densada- me dijo König.

- Vale... ¿puedes pedirla por mi?

-Si

Después de eso, volvimos a la mesa.

-¿Por que no tienes zapatos?- me pregunto Alejandro.

Mire mis pies.

-No los vi y además, me gusta estar descalza...- avergonzada.

- No pasa nada, ven sube a la silla.

Me senté tímidamente, puse el tazón de frutas y comencé a comer, mis pies no alcanzaban el piso y los ladeaba.

𝙻𝙰 𝙾𝙱𝚂𝙴𝚂𝙸𝙾𝙽 𝙳𝙴 𝙺𝙾𝙽𝙸𝙶(+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora