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YUNGATITA.
7 weeks and 3 days.

Desde que comencé el entrenamiento, todos me tomaron como alguien mas en el equipo, siendo un soldado mas.

No me he sentido mal, pero si mas exhausta, mas cansada y mas capaz de cualquier cosa. Pero siempre me llevan a misiones donde hay que matar gente. Dicen que soy lo suficientemente habilidosa para marear a los hombres.

Y hoy, me encontraba en un bar lujoso, con una copa de vino en mis manos mientras le hacia las típicas charlas a mafiosos o a hombres que Price quiere capturar.

-Eres muy bella para estar sola, puedo hacerte compañía cuando quieras bella.- dijo el hombre pelirrojo mientras besaba mi cuello.

-Oh, que generoso de tu parte pero, aun no me satisfaces.- dije fingiendo placer. Aun que a comparación de muchos hombres, el sabia besarme el cuello.

-Vamos bella, no soy un idiota.- dijo tomándome de la cintura -Si estas aquí, es porque quieres algo, y si no... vete.

dijo en un susurro mientras lamia mi oreja. Mordí mi labio para amortiguar un gemido.

-¿Que te hace pensar que quiero algo? vine a mi satisfacción...

Ahora, me encontraba besándome con el pelirrojo, me tiro a la cama y me rompió el vestido.

-Serás mía...- gimió el y me beso el abdomen.

Esto no estaba en el plan. Definitivamente se estaba saliendo de control.

Luego me volteo y me jalo del cabello, poniéndome en 4.

-Espera...- no estaba lista para tener relaciones. No con el.

-¿Eres virgen?- se atrevió a preguntar quitándose en cinturón.

Mierda... ¿como le digo?

-Si...- dije nerviosamente.

-Ah~ eso es tan bueno.

Sin aviso me dio una nalgada. Carajo este hombre era salvaje.

Me tomo del cuello y sentí su pecho en mi espalda.

-Vas a ser buena chica y me darás tu lindo trasero virgen. Y me lo darás jodidamente bien.

Estaba nerviosa. Me llegaron esos malos recuerdos.

-Puedes ser mía. Solo mía, confía en mi.

Lo empuje y me tape con una sabana.

-¡König!- grite y el entro por la ventana rápido.

Le disparo en la pierna al pelirrojo y yo solo estaba en la cama en shock. Nunca me pasó algo así con los demás...

Entraron los demás soldados y Price.

-Hey, muñeca...

König me dio ropa y me abrazo. El sabía lo que pasaba... El lo sabía.

-No pasa nada, estoy aquí.

-¡Eres una zorra! Entregandome a mi, Te mataré puta.

Se lo llevaron de allí y yo estaba al lado de König, algo nerviosa aun.

Llegamos a la base y no dije nada, nisiquiera le di los datos a Price. Solo escuché como me amenazaba el pelirrojo. Lo ignore y fui a mi habitación.

Me di una larga ducha, aun que me sentí asqueada cuando note la marca que dejo en mi cuello.

𝙻𝙰 𝙾𝙱𝚂𝙴𝚂𝙸𝙾𝙽 𝙳𝙴 𝙺𝙾𝙽𝙸𝙶(+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora