12° ¡《+18》!

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DO IT FOR ME
Rosenfeld.

TN

Podía sentir como sus dedos entraban más en mi interior, moviéndose y aveces encogiendose. Jugando con mi punto dulce mientras mi boca estaba en su cuello. Amortiguando mis gemidos.

-¡Mm!~

Los saco de mi cuando me vine, vi como lamia sus dedos, saboreando mis jugos. Luego me tomo de los hombros y me puso debajo de él.

-Haremos esto bien. Lo necesito perfecto.- dijo y rompió mis bragas, sonrío y comenzó a besar mi pelvis. Mis manos estaban apretando las sábanas mientras enrollaba mis piernas en su cuello.

-Köninig...~

Gemi cuando su lengua entró en mi, solté un gemido agudo y mis ojos se cristalizaron, mordi mis labios cuando estaba lamiendo mi clitoris, de una manera tan fuerte.

Sus ojos me miraban de una manera tan brillante, pasé mis manos por sus mejillas. El apretó mis muslos y hecho mi cabeza hacia atrás.

Senti sus dientes pasar por mis labios vaginales.

-König~

Y luego se separo. Abrió mis piernas y asentí.

-Por favor, avísame si duele.- dijo y sentí cuando entró la punta.

-Mierda~

Solté un gemido doloroso, era tan grande, ¿Por que media tanto?

-Espera... ¿Ya entró?- pregunte tratando de no llorar. El se acercó a mi y soltó una risa, me miró y beso mi nariz.

-No va ni en la mitad.

Maldije y luego entro más. Mordí mis labios y solté lagrimas, apreté mis piernas en su cintura y el apretó mis muslos.

-Ah, mételo rápido.- dije lloriqueando.

-No...

-Hazlo.

Ordene desesperada y el tomo mi cintura, se acomodo mejor y suspiro.

-Bien...

Y sentí como salió, luego entro de una sola estocada.

-¡Ah!~

Solté un grito doloroso, estaba perdida. Mi mente nublada por aquel dolor tan placentero. Por sentirme tan llena... no me sentía vacía.

-¿Estas bien?

-Muévete.- ordene sin verlo.

No escuche nada de parte de el, y sentí como golpeaba mi interior con audaz y fuerza. Soltaba gemidos y el gruñidos. Sus dedos en mis muslos dejaran marcas.

Luego me tomo del cuello y lo apretó.

-Mierda, me haces sentir tan llena.~

‐Nunca estarás vacía a mi lado.- susurro en mi oído y lamio mis lágrimas, nunca paro. Podía sentir como cada vez ese orgasmo se formaba.

-Ponte en cuatro.

Le hice caso y de una vez lo metió, caí en mi mejilla y el me tomo del cabello, haciéndome levantar.

-Se una buena niña, ¿si?- susurro en mi odio y se comenzó a mover.

Era tan embriagante, no simplemente sexual. Su voz gruesa y golpeada en un susurro me llevaba a las nubes, sus grandes y pesadas manos me apretaban a el. Tal vez si me suelta me desaparezca, sus labios en mi espalda le daban el toque caliente a la escena. Sus susurros acariciar mi odio era simplemente encantador, mientras sus movimientos me moldeaban a su tamaño.

-König, ya duele~

-No me interesa muñeca, hagamos este desquite perfecto.

Cada embestida era más fuerte que la otra, su mano enredandose en mi cabello y sus dientes clavándose en la carne de mi cuello.

Mis lágrimas eran dulce para su paladar y mi cuello el paraíso de sus dientes. Mi presencia era arte ante sus ojos y mi piel era el cielo en llamas para sus manos.

-Ah~ muñeca, espera para esto~

No paraba de moverse, mis gemidos golpeaban las paredes.

-König~ ah~

Sentía ese orgasmo formarce en mi vientre, sentía aquel calor embriagarme y esa necesidad de tenerlo me ahogaba.

-Muñecaah~

Me vine y su líquido caliente pinto mi interior.

-ah~

Caí en la cama y el en mi espalda, sentía como la besaba mientras se venía, yo solo Respiraba agitado.

-¿Quieres ser mi conejita?- pregunto en un susurro a mi oído.

Yo me levante y me puse encima de el, bese su pecho, subí a su clavícula y termine en su cuello.

-No me tortures~

Lo calle con un beso y luego entre en el. Ambos soltamos un gemido. Sus manos se apretaron en mi cintura. Apoye mis manos en su pecho y el me miró con una sonrisa.

-Salta~

Di el primer saltito y vi como mordía su labio, sonreí y aumente el ritmo.

Me encontraba soltando gemidos y el gruñidos, estaba cansada pero el y sus manos me hacían saltar.

-Que vista perfecta tengo aquí, tus pechos rebotando es lo mejor.

Dijo y luego apretó mis muslos.

-Ah~

Mis lágrimas caían de tanto placer. Podía sentir como su líquido salía. El sonido de nuestros cuerpos y el se retorcio.

-Ya me vine... ya para~

Pero yo no lo hice, yo aún estaba buscando mi placer. No hice caso y di saltos más duros.

-Muñeca~ e-espera... mgh~

No pare, seguía y seguía. Hasta que el comenzó a lloriquear.

-A-ah~ para... p-por favor...

Estaba tan necesitada. Tan cegada por aquel orgasmo.

-Cállate~

Sus manos se apretaron en mis muslos y soltaba lágrimas y lloriqueos. Lo estaba sobreestimulando solo por mi orgasmo.

-TN...~ p-para... Ya m-me duele...

-Cállate...~

Seguía saltando, hechando mi cabeza hacia atrás. Lo necesito, necesito ese orgasmo.

𝙻𝙰 𝙾𝙱𝚂𝙴𝚂𝙸𝙾𝙽 𝙳𝙴 𝙺𝙾𝙽𝙸𝙶(+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora