CAPITULO 9 MONSTRUOSAMENTE TUYA

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Sintió el cosquilleo de nuevo

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Sintió el cosquilleo de nuevo. Movió el brazo para quitarse de encima lo que sea que fuera, y gimió despertado. Había tenido el más maravilloso de los sueños. Había besado a Declan, y no sólo eso, habían tenido una memorable noche de pasión. El pulso se le aceleró de recordarlo.

-Espero que eso sea por mí, dulzura.-

Abrió los ojos de golpe. Estaba boca abajo, sus brazos doblados y pegados a los costados. Giró el rostro a la izquierda y se encontró con Declan, observándola dormir. Su cuerpo completamente desnudo junto al de ella. Sus dedos subían y bajaba por su brazo en ligeros roces haciéndole cosquillas. "¿Era verdad?" "¿No había sido tan sólo un hermoso sueño?" –Declan...-susurró no pudiéndolo creer.

-Ese es mi nombre, amor.-contestó con complacencia como expresaba su pálido rostro, sus ojos caramelo devolviéndole una mirada de pura devoción.

Se terminó de voltear quedando frente a él, y extendió la mano tocando su mejilla. -Es real.-dijo ella.

Él se sonrió. Tomó su mano llevándola a sus labios y dejando pequeños besitos y mordisquitos.-Así es. Yo tampoco puedo creerlo.-

Acarició su cara, comprobándolo una y otra vez. Aún le era difícil asimilarlo. No podía creer que había pasado de estar deambulando bajo la lluvia intentando desesperada aplacar el dolor en su corazón y mente, a estar entre sus brazos. Él cerró los párpados mientras ella le sentía. Descendió por su mandíbula siguiendo la curva de su cuello. Tocó su pecho, explorándole. Tenía buen cuerpo, abdominales marcados como paquetes de seis. Vello del mismo color rubio que su cabello empezaba desde su ombligo bajando en un remolino envolviendo su miembro, curvo y largo, semi recto en una erección matutina. La mano le picó con ganas de tocarlo. La acercó, cuando él le agarró de la muñeca deteniéndole. Ella le miró primero con sorpresa antes de rápidamente convertirse en vergüenza.-Lo siento.-

Él le sonrió con pereza.-No debes, tócame todo lo que quieras, dulzura.-aflojó su agarre y llevó su mano a su pecho.-Mi cuerpo es tu cuerpo.-bromeó poniendo acento latino.-Pero, pensé que quizás tú necesitarías un descanso, ya sabes, recuperarte...-insinuó, y ella tardó un momento en entender que se refería a perder su virginidad y se sonrojó aún más. - Y, si me tocas ahora, cuando todo mi cuerpo está frenético y deseoso de volver a hacerte el amor, te haré doler y es lo último que quiero.-

- Estoy bien.-le aseguró.-No siento dolor, de veras.-

- ¿Qué tal tu cuello?-

-¿Mi cuello?- se llevó una mano a la garganta.-Ouch.-dolió. Tocó con más suavidad y sintió dos perforaciones cerradas.

Él hizo una mueca apenado.-Lo lamento muchísimo. Tenía mucha hambre, las bolsas de sangre no son lo mismo y tu sangre es muuuy...-su mirada se posó en su cuello. - deliciosa. –se relamió los labios, las puntas de sus colmillos empezando a descender.

Monstruosamente AmándoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora