Lauren les hizo girar sobre sí mismas dejándolas en un enredo de manos unidas y brazos al aire. Se carcajearon intentando desenredarse. Estaban sudadas y acaloradas. Hacía tiempo que no se divertía así de tanto. Había estado muy triste con el asunto con Declan no queriendo ser más amigos, tratándola con frialdad en cada intento por acercarse. Estaba segura de que algo le sucedía y sospechaba que tenía relación con esa mujer con la que le vio la otra vez en la calle. Y, cielos, qué hermosa era. Rubia, bronceada, despampanante e increíblemente atractiva. La perfección personificada. Todas las miradas se giraban en su dirección. Jamás había sentido envidia de alguien hasta que le vio. Se preguntaba cómo él la conocía, si habían sido pareja, si aún lo era o si tenía sentimiento por ella, y era estúpido porque alguien como él jamás se fijaría en alguien tan simple y banal como ella. Y, bien claro lo había dejado. Sólo tenía que resignarse a aceptarlo.
Lauren le codeó para que la mirara. Estaba inclinada hacia delante, la cabeza caída y el brazo doblado para atrás, balanceándolo como un robot acabándoseles las baterías. Se rió y la imitó. La adoraba. Ella podía ser irritante e insufrible pero sabía que era porque se interesaba en su bienestar. Era su manera de preocuparse y quererla. De pronto, sintió pálpitos en el pecho. Tum-Tum, Tum-Tum. El corazón le latía con fuerza y vigor como si quisiera transmitirle un mensaje. Igual a aquella otra vez antes de entrar en la confitería. Había estado segura de que no había habido nada delante suyo que lo causara pero aun así tenía la sensación de que se perdía de algo importante, algo que debía ver.
Su mirada, como atraída por una fuerza invisible, se posó en el espacio vacío junto a la ventana. Lo mismo, nada, sólo aire, pero su cuerpo le decía lo contrario. Repasó con la mirada la habitación esperanzadoramente esperando encontrarlo. Nada de nuevo. Buscó a Ben en el sofá donde le había visto sentado, y no estaba. ¿A dónde habrá ido? Esperaba que ninguna chica hubiera sido tan babosa de molestarle. Desde que llegó, las había tenido encima como moscas a la miel. Para ella no era alguien que consideraría atractivo como Decl... Inmediatamente calló ese pensamiento y lo sacudió de su mente. "No vayas por ese camino" se dijo.
La mano de Lauren tomó la suya cuando comenzó a alejarse para ir a buscar a Ben, insistiendo en que se quedara a bailar con ella. Le hizo gesto con la mano que esperase y continuó. Entró al corredor y miró hacia la puerta frontal pensando que quizás había salido a fumar. Le había visto hacerlo un par de veces. Se acercó a una de las ventanas al lado de la puerta, pero no le vio en el jardín delantero. Se giró mirando hacia la escalera. ¿Habrá ido arriba? Quizás las chicas habían sido muy chillonas y necesitaba un minuto de tranquilidad. Empezó a subir.
Llegó al rellano del primer piso y miró a las puertas de los cuartos. La mayoría estaba abierta. Por lo que fue caminando y mirando dentro esperando encontrarle, cuando oyó una voz algo amortiguada, viniendo de la puerta a su izquierda que estaba cerrada. Era blanca y con la etiqueta de Baño. Se acercó alzando los nudillos para golpear cuando reconoció la voz como la de Ben. Se detuvo escuchando. Él decía:-...lo sé, pero tienes que parar, no quiero distraerme y que algo salga mal. –
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Monstruosamente Amándote
RomansÉl es Declan, CEO de una red de multimillonarias compañías todo alrededor del globo ¡Y vampiro! Ella es Ellie, su muy dulce e inocente vecina que se acaba de mudar y no le da ni la hora. La atracción ¡instantánea! No sólo eso. Ella es única, algo en...