CAPITULO 10 MONSTRUOSAMENTE TOMADA

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Estaban terminando de colocar los adornos, lo único que faltaba era la estrella

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Estaban terminando de colocar los adornos, lo único que faltaba era la estrella. Ellie la había elegido y a él le encantaba. Era dorada con detalles estilo gótico cómo a ambos les gustaban. La situó encima asegurándose de que la punta de la rama se introdujera dentro sin doblarse. –Oh, es perfecto, Declan.-le oyó suspirar a Ellie a su espalda.

Descendió del aire donde estaba elevado. Era tan agradable no tener que ocultar sus poderes de ella. Una absoluta libertad. Sus pies descalzos tocaron el parque y empezó a retroceder para contemplar el árbol junto a su Ellie. Habían elegido el rincón junto a la chimenea para colocarlo, y quedaba perfecto.

-¡Cha-Chan!-de pronto exclamó una voz seguida del grito de miedo de Ellie.

Se volvió a la velocidad de un rayo saltando en su defensa.-¡Ellie!- el brazo extendido protegiéndola, cuando vio a la persona en camiseta de futbol y largas rastras rubias cayéndole por esa boba cara, exhaló medianamente aliviado. Se enderezó y retrajo los colmillos.

-¿Quién es, Declan?-le preguntó ella.

-¿Quién eres tú?-le demandó Julius en tono brusco como si fuera ella la que estuviera fuera de lugar.

Frunció el ceño.-¿Qué rayos haces aquí, Julius? No recuerdo haberte invitado para las fiestas.-

Julius la examinaba como un espécimen y eso le molestó. Se puso delante de Ellie para que no le siguiera mirando.

-¡Joder, Declan!-exclamó y la señaló-¡¿Ella...Ella es...?!-

-Ella es Ellie,-le cortó antes de que se le fuera la lengua.- mi novia.- la miró a ella.-Ellie, lamento tener que presentarte a Julius, un amigo muy pero muuuuuy distante, y con eso me refiero a que vive en las aisladas arenas rojas del Talampaya.-

-No estoy aislado.-se defendió Julius.-Tengo mucha compañía.-

-Claro, lo olvidé, tus ardillas.-

El rostro de Julius se volvió rojo furioso.-¡Declaaaaan!-bramó con tal fuerza que los cristales de sus ventanas temblaron.

Ellie se escondió detrás suyo.–Baja el tono, Julius o te mando de regreso de una patada.-le amenazó. No le gustaba para nada que nadie asustara a su Ellie.

Los ojos feroces de Julius se calmaron, y posaron de nuevo en Ellie.-Perdona mi brusquedad, Ellie.-le dijo en maneras respetuosas y extendió su mano a ella.-Es todo un honor conocer al alma gemela de Declan.-

Le apartó la mano con un golpe. -¡Julius!-protestó.

-¿Qué?-Julius le miró con inocencia.

-Declan, ¿de qué habla?-Ellie salió de su escondite buscando su mirada.

-¿No se lo has dicho?- preguntó Julius.

-Te maldigo, Julius.-las palabras enganchadas a los colmillos.

Monstruosamente AmándoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora