CAPITULO 13 MONSTRUOSAMENTE EN FAMILIA

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Ahora con un bebé en camino y planes de casamiento, decidieron que lo mejor era abandonar ese departamento que estaba tan manchado con tragedia, muerte y drama, y conseguirse un lugar nuevo sin nada de eso

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Ahora con un bebé en camino y planes de casamiento, decidieron que lo mejor era abandonar ese departamento que estaba tan manchado con tragedia, muerte y drama, y conseguirse un lugar nuevo sin nada de eso. Un fresco inicio. Declan propuso su casa en las afuera de una villa francesa, al menos para empezar a contemplar qué tipo de hogar querían y dónde querían establecerse. Por lo que habían hecho las maletas y tomado su avión privado. Todavía estaba alucinando con lo ultra millonario que era. Ella había creído que era adinerada por la inmensa cantidad dinero que la señora Dorothea le había heredado pero era sólo una pizca en comparación.

El avión aterrizó y descendieron a un coche esperándoles. El chofer se adentró por un camino de tierra y luego viró conduciendo un largo tramo más hasta detenerse delante de unos gruesas portones de hierro macizo. Desde el asiento de atrás, donde ella estaba acurrucada contra el cuerpo de Declan, observó al chofer manipular un control remoto hacia las rejas y estas se abrieron. De nuevo, alucinada.

Estacionó en el inmenso jardín delantero. Declan abrió la puerta de su lado para salir, y luego le tendió la mano ayudándola. Él no había sido sincero cuando le habló de la casa. ¡Era una mansión! Cuatro pisos, cinco ventanas de un lado, cinco del otro, pilares, porche que podría aparcar tres coches. Extremo lujo.

-Woa.-dijo ella sin poder dejar de contemplarla.

Él rió.-Lo sé, excesiva pero fue sólo una compra impulsiva.-

Le miró.-¿Compra impulsiva?-

-Cumplía mis 115 años vampiros y mis padres se rehusaban a dejarme conseguir un perro.-

-Y ¿te conseguiste el palacio de Versalles?-

-No, lamentablemente ese ya estaba tomado.-contestó y con su mano en su espalda baja la guió a la entrada.

Una vez dentro se quedó boquiabierta, literalmente su mandíbula golpeó el caro mármol. Era abrumador y visualmente empalagador el exceso en detalle y decorado, los altos techos, molduras, arañas colgantes, paneles, todo desprendía historia.

Oyeron sonidos de choque y roce de metal mezclado con quejidos. Declan encontró su mirada confusa, tomó su mano y siguieron el sonido. Llegaron a un extenso y amplio comedor. Una larga mesa se encontraba en el centro, había una chimenea encendida cerca de donde una pareja estaba en lo que parecía una pelea de espadas. El hombre de quizás unos 27 años, cabello castaño rubio blandía su espada con energía hacia la mujer de largos rizos castaños, quién también parecía compartir su edad, que se los devolvía con feroces encontronazos.

-¡Padres!-exclamó Declan. ¡¿Sus padres?!

La pareja se detuvo y miró a ellos. La mujer le sonrió.-Declan, cariño, ¿qué haces aquí?-

-¿No ibas a pasar una temporada en América?-le preguntó su padre. De fondo ella notó un movimiento del aire, como cuando hace demasiado calor, y alguien apareció. Se quedó pasmada. ¡¿Qué mierda?! Este sujeto, alto, bien vestido como de un siglo anterior, llevaba una copa de brandy en su mano, y la miraba con extrema curiosidad.

Monstruosamente AmándoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora