Días habían pasado desde su salida del armario vampírico, y cada vez se volvía más y más ansioso. No habían vuelto a hablarse o verse. Ellie parecía que se había desvanecido del planeta, pero sabía que estaba en su departamento, podía oír el latir de su corazón. Se dormía las noches escuchándolo. ¡Necesitaba urgentemente verla! Respiró. Pero respetaría su espacio, su tiempo. Demasiado que había aceptado no contarle a nadie su secreto. De hecho, le había asombrado lo tan abierta que había sido respecto a...bueno, todo, cualquier otra persona hubiera entrado en pánico, empezado a gritar o intentado matarle. No su Ellie. Ella era fuerte y valiente. Hermosa, por dentro y por fuera.
Descruzó las piernas para inclinarse y alcanzar la copa de Wishky en la mesa enana. Estaba en el bar bebiendo, solo, quería ahogar sus penas en alcohol y soledad. El sofá de cuero en el que estaba rechinó con su movimiento e hizo una mueca. Alzó la mirada a la voz de la mujer reportera del noticiero que estaba transmitiendo por el televisor encima de la barra. El titular en rojo decía: "Cadáver encontrado por pareja que salía a caminar por las colinas" La reportera con micrófono en mano caminaba hablando a la cámara por el lugar donde ahora ya no había nada: "Aquí fue donde se lo encontró. Al parecer fue atacado por un leopardo. Los investigadores sospechan que estaba solo cuando fue abordado por el animal salvaje, probablemente, y asesinado de una mordida letal en la garganta".
Se recostó de nuevo contra el sofá y bebió tranquilamente de su bebida. No le asombraba que rápidamente hubieran llegado a esa conclusión. Los seres humanos suelen proceder de dos maneras, racionalizarlo o destruirlo. Un alivio para su Ellie.
Suspiró pesadamente, preguntándose de nuevo qué estaría haciendo. Sabía que tenía que parar, dejar de espiarla, pero no saber de ella, sólo incrementaba su curiosidad y necesidad. Estaba en abstinencia.
Agudizó el oído y rastreó el camino a ella. Voces de personas charlando se mezclaban como sonido blanco. Captó trazos de una conversación que le hizo detener abruptamente. Se enfocó más y escuchó con atención: -Así es, somos de la policía de Nueva York, queremos hablar con la señorita Ellie Martindale. -dijo la voz grave de un hombre. "¿Por qué?" "¿Por qué querían hablan con su Ellie?" Cada fibra de su cuerpo se puso alerta. El policía continuó:- ¿Puede llamarle?-
Salió disparado del sofá, teletransportándose al instante allí, sin importarle que la gente le viera. Tenía que llegar a Ellie. Se ocultó tras una columna y buscó al sujeto. Encontró a dos tipos en abrigos negros y con la placa colgando de una cadena alrededor de su cuello. Estaba por acercarse e intentar saber por qué metían a Ellia a esto, cuando ella apareció. Las puertas del ascensor se abrieron con ella saliendo. Iba hablando al teléfono. –Lo sé, lo lamento, debí llamarlas antes, pero...- suspiró y se detuvo unos pasos fuera del elevador.- no me sentía muy bien.-
-¡¿Esa es tu excusa?!-gritaba la reconocible voz de Lauren.- ¡Estábamos preocupadas de muerte, Ellie! No vuelvas a desconectarte de ese modo.-
-Vale, no lo haré. Ahora debo irme, tengo que hablar con un detective.-
ESTÁS LEYENDO
Monstruosamente Amándote
RomanceÉl es Declan, CEO de una red de multimillonarias compañías todo alrededor del globo ¡Y vampiro! Ella es Ellie, su muy dulce e inocente vecina que se acaba de mudar y no le da ni la hora. La atracción ¡instantánea! No sólo eso. Ella es única, algo en...