Jamie Stone es el capitán del equipo de waterpolo y un adicto a los datos random.
Daniel Neveu, el del equipo de básquetbol y su pasión es ligar con lo que haga sombra.
No tienen mucho en común, salvo su amor por Luke Jones (el chico más adorable qu...
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Daniel
Todo el puto día, los pies me llevaron a las clases, pero yo jamás estuve allí. Se dijeron los resultados del sondeo de popularidad de los reyes del baile y, aunque estoy seguro de que la noticia pasó por mis oídos, mi cerebro no hizo la conexión con aquella zona que hace que te importen las cosas.
Kosuke y Parker solo me miraron, saben que cuando estoy así, mejor es ni respirar cerca mío. Durante el entrenamiento, por supuesto, fui un absoluto asco. Para nadie resultó indiferente que mi sangre había decidido dejar de viajar por mis venas, transformándome en un zombi andante y puede que lo atribuyeran al haber conseguido el segundo puesto. Bah, a quién mierda le importa eso ahora.
Cuando Bill dio por finalizado el entrenamiento, me quedé echado en las graderías del gimnasio, hasta mucho después de que todos se fueran. Estaba mal dejar que se me secara la transpiración, por lo mismo es que decidí correr en la cancha, practicar algunos lanzamientos, al punto que ya era inútil, los pensamientos intrusivos no dejaban mi cabeza.
Ahora, mientras guardo los balones y los conos que se usaron en la práctica de básquetbol, todo es demasiado claro. Mi Delulu Era ha llegado a su cenit. Y cuando las cosas ya están delante de mis ojos, prefiero darme el tiempo de procesarlas, antes que fingir no verlas.
¿Me importa salir como rey del baile? No.
¿Había perjudicado a Adam con el plan? Sí.
¿Eso significaba que estaba más cerca de Luke? No necesariamente.
¿Me importaba? No tengo putísima idea.
Lo único que tengo claro es que el jodido plan, el A y el B, solo me han acercado a Jamie Stone. Lo único que he conseguido es conocerlo más a él, que me caiga "mejor", dentro de lo que su carácter de suricata hipocondriaca permite; y lo primero que asaltó mi mente cuando se supieron los resultados, fue Jamie se va a enojar conmigo. Y un carajo.
Yo no tendría que estar familiarizado con sus malas pulgas y poca tolerancia a la frustración. Mucho menos preocuparme por ello. Preferiría tomar cianuro antes de dejarle que me tenga agarrado de las bolas, aunque no lo sepa.
Tengo que hacer algo. Quizás todo este tiempo en el que solo he besado al energúmeno me tiene un poco más tocado de la cuenta. Si me pirara este fin de semana a, no sé, Nueva York, y me metiera a algún antro y tuviera un rollo con alguien más... Quizás dos. (A la vez). Puede que ahí pueda pensar con la cabeza fría y darme cuenta que La Sirenita sigue siendo un espécimen y todos podríamos continuar felices con nuestras vidas.
Me dirijo a los camarines, más dispuesto a cortarme la cabeza que a seguir pensando, pero entonces me pego de lleno con la raíz de todos mis problemas.
