07 - pesadilla anunciada

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Lara sintió cómo su estómago daba vueltas en cuanto vio el noticiero ese día. Literalmente todos los canales hablaban sobre la fuga de Palacios y ella estaba simplemente aterrada; él la había manipulado, y ella había sido lo suficientemente tonta como para caer en su juego.

━━━ Bruno, llevá a tu hermana al colegio. Este tipo se escapó y ya no estamos seguros. ━━━ El hombre se quejó mientras comía cereal.

━━━ No va a hacer nada, papá, ya debe estar bien lejos de acá. ━━━ Lara sintió una lágrima correr por su rostro, pero rápidamente la secó. Mateo haría otras seis víctimas y luego, ella sería la siguiente.

━━━ Voy a agarrar mi buzo y podemos ir.

Bruno subió las escaleras rápidamente mientras Lara agradecía a los cielos por tener compañía para ir al colegio. Aprendería a no confiar en ningún hombre más, especialmente cuando sabía que era un asesino.

¿Cómo había sido tan estúpida? La chica del periódico tenía razón, los asesinos no cambiaban de un día para otro.

━━━ ¿Alguno de ustedes vio mi buzo negro? Desapareció. ━━━ El hermano mayor se quejó al bajar las escaleras una vez más.

━━━ Debe estar en la ropa sucia, más tarde lo busco. ━━━ La mujer encogió los hombros, dando un sorbo a su taza de café.

━━━ Estaba colgado en mi puerta ayer y de repente desapareció.

━━━ Olvídalo, Bruno, vamos a llevar tarde! ━━━ Lara se quejó, maldiciéndose mentalmente por haber agarrado justo el buzo favorito de su hermano.

Bruno renunciaría a la prenda tan fácilmente, pero estaba llegando tarde y luego agarró otro buzo al azar, dirigiéndose al auto que compartían.

La radio estaba encendida y las noticias sobre Mateo no cesaban, haciendo que Lara se sintiera aterrada. Todo era culpa suya, más chicas morirían, y ella sería la culpable de todas las muertes.

Intentó no llorar mientras pensaba en eso y entró corriendo al colegio una vez que Bruno finalmente estacionó.

Literalmente todos los alumnos la miraban como si supieran todos sus secretos. Las miradas hicieron que Lara se sintiera sofocada, así que buscó el baño más cercano.

Abrió la canilla y luego bajó su rostro, arrojándose mucha agua. Quería ahogarse y poner fin a esa tortura pronto; después de todo, moriría de todas formas.

Sintió que su corazón latía más rápido cuando se levantó y vio a través del espejo a la joven justo detrás de ella. La chica llevaba ortodoncia y era muy sonriente; extendió los brazos mientras sostenía el paquete.

Lara dudó en agarrarlo, pero la chica insistió, dejando el paquete con Lara y saliendo del baño. Lara desembaló cuidadosamente el papel, sintiendo un nudo en el estómago al ver el buzo de su hermano intacto.

Junto a él había una tarjeta, la portada tenía a un niño sonriente y detrás, había un mensaje escrito con una pluma de tinta negra. Beckman tragó saliva antes de comenzar a leer las aterradoras palabras.

“Gracias por ayer, Lara. Amo tu alma y por eso quiero mandarla directo al cielo. Sos demasiado buena para seguir en un mundo tan malo, amor. Después de esta noche, voy a estar a solo cinco cuerpos de distancia de vos”.

— Mateo Palacios








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