4. Rincón Compartido.

24 5 0
                                    

Desperté con un nudo en el estómago, sabiendo que esta mañana no sería como las demás, la luz del amanecer se colaba por las cortinas, como de costumbre, recordándome que era la última vez que viviría esta rutina matutina que se había vuelto tan confortable.

El despertador sonó suavemente, pero el peso en mi pecho se intensificó, cada movimiento se volvía más difícil, como si las sábanas intentaran retenerme un poco más.

Bajo la ducha, ni siquiera el agua caliente lograba disolver la tensión que llevaba conmigo, y al mirarme al espejo, mis ojos revelaron la amalgama de emociones: tristeza por lo que dejaría atrás y ansiedad por lo que vendría después.


Me vestí con más cuidado de lo usual, como si cada prenda fuera un adiós en sí misma, la música de fondo se convirtió en un murmullo, opacada por las memorias que me invadían mientras me preparaba.

Ajusté mi bufanda con cuidado, consciente de que este accesorio también sería parte de una decepción, y al salir de casa, cerré la puerta con suavidad. Cada paso hacia la cafetería se volvía más significativo, cada rincón, cada calle conocida, quería atesorar cada detalle, cada sensación, antes de que se convirtieran en recuerdos lejanos, preservando en mi mente esta última ida a la cafetería que tanto significó para mí.


Al llegar, el sonido familiar de la campana resonó, pero esta vez pareció sonar diferente.

Mi mirada se posó en los dueños, quienes ya me esperaban con una cálida sonrisa. Mientras me acercaba, fui atacado por las fragancias de las bebidas recién hechas, siempre había sido relajante, pero que hoy llevaban consigo un toque agridulce.

—¡Buenos días, Jungkook! —saludó la dueña con entusiasmo, pero al notar mi expresión más seria, su tono se volvió más comprensivo. —¿Te encuentras bien?

Respiré profundamente antes de responder, tratando de encontrar las palabras adecuadas para explicarles la situación.

—Quería hablar con ustedes, porque hoy será mi última visita aquí, he tomado la decisión de seguir nuevos caminos y explorar otras oportunidades.

Comencé , sintiendo cómo la emoción amenazaba con entrelazarse en mis palabras. El dueño, con un gesto calmado, asintió, como si hubiera percibido la gravedad de mis palabras.

—Entendemos, Jungkook, la vida está llena de cambios y nuevas etapas, siempre recordaremos los momentos que compartimos aquí contigo.

Respondió con una serenidad que me tranquilizó, pero al mismo tiempo avivó la melancolía.

La dueña se acercó y puso una mano reconfortante sobre mi brazo. —Apreciamos todo lo que has aportado aquí, siempre serás bienvenido, y te deseamos lo mejor en tus futuros proyectos.


La conversación continuó en un tono amistoso, aunque la despedida estaba presente, también se respiraba un aire de comprensión y aceptación mutua. Ellos siempre ocuparían un espacio especial en mi corazón, las relaciones construidas aquí trascendían la despedida física.

—Esta vez, déjame sorprenderte con algo diferente. —dijo la señora con amabilidad, ofreciéndome una bebida que no estaba en mi pedido habitual, pero acepté gustosamente.


Decidí encaminarme hacia mi lugar habitual, pero mi atención se desvió al notar a una chica sentada allí, sumergida en un libro. Pude notar que el retumbar de mis pasos cerca de su espacio, hizo que levantara su vista unos segundos, ocasionando que nuestras miradas se encontraran.

Para no perturbar su paz, continúe mi trayecto, pero la cafetería de repente parecía un poco más pequeña.

A medida que me acercaba, mi curiosidad se mezclaba con una leve intriga, sin embargo, cuando estaba a punto de alcanzar mi destino, tropecé con una pequeña caja de libros que yacía en el suelo.

Éter Invernal. #1 JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora