7. Aire de Encuentros.

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El zumbido de la ciudad se fusionó con el sonido metálico del cierre del taxi, anunciando mi llegada al que sería mi nuevo hogar en Seúl. Miré el edificio de apartamentos con expectación, consciente de que este lugar marcaría el comienzo de mi vida aquí.

Con las llaves en mano, abrí la puerta y me adentré en el apartamento, la luz tenue y los ecos vacíos me dieron la bienvenida, recordándome una vez más el inicio de esta nueva etapa.

Mientras exploraba las habitaciones, el teléfono vibró en mi bolsillo, interrumpiendo mis pensamientos.

—¿Jungkook? ¿Cómo fue el viaje? ¿Llegaste bien al apartamento? —la voz de mi hermano resonó a través del teléfono, llenándome de confort.

Sonreí ante la familiaridad de su tono. —Sí, todo fue bien, estoy emocionado por lo que viene.

Junghoon rio al otro lado de la línea. —Me alegra escuchar eso ¿Has conocido a los vecinos?

Negué, aunque sabía que estaba solo. —No, aún no, este parece un buen lugar, así que mañana empezaré a explorar más.

La conversación se extendió, abordando detalles del viaje, las expectativas en mi nuevo entorno y algunas anécdotas cómicas del día.

La voz familiar de Junghoon fue como un hilo conductor en la trama de este nuevo capítulo, brindándome una sensación de conexión y apoyo en la distancia.

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El apartamento, con sus paredes aún desconocidas, me brindó la bienvenida a un nuevo capítulo de mi vida. Tras desempacar y asentarme, la necesidad de explorar el vecindario me impulsó a salir a la calle, enfrentando la incertidumbre con curiosidad.

Caminé por las calles con paso decidido, observando la arquitectura única de Seúl y absorbiendo la vibrante atmósfera de la ciudad. Al doblar una esquina, me topé con una pequeña cafetería de aspecto acogedor. Intrigado, decidí adentrarme.

La puerta de la cafetería en Seúl tintinea a mi entrada, y mi expectativa se mezcla con una ligera ansiedad. Busco con la mirada aquel rincón acogedor, los estantes repletos de libros que me definieron.

Sin embargo, no encuentro nada parecido.

Mientras tomo asiento, la realidad se posa sobre mí como una manta suave, esta cafetería es distinta. No alberga la misma esencia literaria, pero en lugar de sentir decepción, siento una extraña calma.

Observo a mi alrededor, a las personas que disfrutan del café de una manera diferente, las conversaciones fluyen, y el aroma del café impregna el ambiente de una forma nueva.

No hay sombras de libros que se extiendan por las paredes, pero hay una sensación de cambio, de nuevas oportunidades.

Entiendo que mi vida en Seúl tomará un rumbo distinto al que imaginé en Busan, la magia de aquel rincón literario se desvaneció, pero en su lugar se abren puertas a experiencias desconocidas.

No me molesta, al contrario, me llena de expectación.

Una mesera se acerca con una sonrisa amable, lista para tomar mi pedido, le devuelvo la sonrisa y solicito un café americano. La mesera parte, y mientras aguardo mi bebida, dejo que las noticias me envuelvan, conectándome brevemente con el mundo exterior.

Observando las noticias en la pantalla del televisor, dejo que mi mente divague, los próximos años de mi vida se extenderán en esta ciudad, aunque diferente a lo que conocía, tiene su propio encanto. Aquí, en medio de los aromas y los sonidos de Seúl, puedo encontrar oportunidades y experiencias que nunca habría imaginado en mi vida en Busan.

Éter Invernal. #1 JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora