Una semana de intenso trabajo en la empresa me dejaba anhelando un respiro, y decidí regresar al sitio que había visitado en mi primer día en Seúl.
Elegí un asiento cerca de la ventana, donde la luz del exterior creaba una atmósfera tranquila, era como encontrar un refugio en medio del caos, y me sentí agradecido por este pequeño oasis en la agitada rutina de un joven empresario.
Justo cuando me sumergía en mis pensamientos, noté a alguien familiar, era la misma chica con la que nos cruzamos de manera tan peculiar la última vez.
La vi ocupar un lugar cerca de la puerta y decidí acercarme. Hacer nuevos amigos no me sentaría mal. —Hola de nuevo, SooMin ¿Te importa si me uno?
SooMin levantó la vista de su libro al reconocerme y, con una sonrisa amigable, señaló el asiento libre frente a ella.
—Qué sorpresa verte de nuevo, Jungkook.
Una mesera se acercó con entusiasmo, interrumpiendo mi palabra. —Perdona, pero parece que me equivoqué en tu pedido anterior, no tenía que ser un café, ¿verdad?
SooMin, sorprendida pero sonriente, asintió. —Yo pedí el capuchino de siempre.
—Mis disculpas, fue un malentendido, lo solucionaré de inmediato. —La mesera se disculpó, retirándose después.
— Pensé que mi próxima visita sería sin incidentes, pero parece que nuestra relación con el café es tan impredecible como siempre. ¿Crees que debería empezar a considerar el té?
SooMin soltó una risa suave, disfrutando de la ligereza del comentario.
—Siempre es un placer tener un poco de emoción en la cafetería.
Asentí ligeramente, pero SooMin, con ojos perspicaces, pareció detectar al instante la fatiga en mi mirada.
—¿Estás bien, Jungkook? Parece que estás cansado. —expresó con preocupación.
Asentí nuevamente, dejando escapar un suspiro al intentar esbozar una sonrisa.
—Estoy lidiando con el negocio que heredé de mi padre, y ser nuevo en la ciudad no es tan sencillo como imaginé. —confesé, dejando entrever la carga que llevaba.
—Jungkook, estoy segura de que serás un increíble jefe, luces como un hombre que realmente sabe cómo hacer las cosas bien, no tienes por qué preocuparte. —me dijo con sinceridad.
La confianza que mostraba en mi capacidad me brindó un impulso necesario en medio de las responsabilidades que recaían sobre mis hombros.
—Gracias, SooMin, tus palabras significan bastante en este momento para mí. —expresé sinceramente, sintiéndome aliviado.
Sin embargo, recordé de repente unos pendientes que había olvidado y necesitaba atender.
—Lamentablemente, debo irme ahora, olvidé algunos asuntos pendientes, nos vemos pronto, SooMin. —me despedí, agradeciéndole nuevamente antes de dirigirme apresuradamente hacia mi edificio.
Mientras caminaba hacia mi edificio, me di cuenta de que ni siquiera había pedido algo para tomar por mi encuentro con SooMin. Había estado tan inmerso en la felicidad de haber encontrado su apoyo y en la llamada a mi hermano Junghoon que se me escapó por completo.
Me reí para mis adentros ante mi despiste, agradeciendo internamente la amabilidad de SooMin que, de alguna manera, me hizo olvidar las preocupaciones por un momento.
Tomé nota mental de que necesitaba un café la próxima vez y continué mi camino con una sensación renovada de determinación.
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Una vez en mi apartamento, saqué la laptop que me había traído de la empresa y marqué el número de mi hermano Junghoon. Respondió de inmediato, como si hubiera estado esperando mi llamada.— ¡Jungkook! ¿Cómo va todo en la gran ciudad?
—preguntó Junghoon, entusiasmado.Con una sonrisa, le conté sobre mi día, compartiéndole los desafíos del nuevo negocio y la fortuita reunión con SooMin. La conversación con Junghoon hizo que la distancia entre nosotros se sintiera un poco menos abrumadora.
Mientras hablábamos, Junghoon mencionó que me había enviado un regalo que debería empezar a usar. Sabía que mi hermano estaba al tanto de lo alejado que estaba de los dispositivos, así que me intrigó su elección.
— ¡Oh, por cierto, te envié un regalo! Deberías comenzar a usarlo, creo que te hará la vida más fácil. —anunció Junghoon con entusiasmo.
Después de la mención del regalo, no pude evitar preguntarle cuándo planeaban visitarme. — ¿Cuándo piensan venir a visitarme, hermano? —pregunté con entusiasmo.Hubo una breve pausa antes de que respondiera con una sonrisa audible en su voz.
— Pronto, JungKook, y ya sabes lo que dicen, "un hogar bien decorado es un hogar acogedor" Ojalá hayas decorado bien tu casa. —respondió, haciendo que ambos soltáramos una risa.
Con una sensación cálida en el corazón después de nuestra charla, nos despedimos.
—Gracias por la llamada, hermano, y me alegra saber que vendrán pronto. —expresé con gratitud.
—No hay problema, hermano, estaremos allí antes de que te des cuenta, cuídate y asegúrate de probar el regalo. —se despidió Junghoon, dejándome con una mezcla de expectación y aprecio por nuestra conexión a pesar de la distancia.
Al colgar la llamada me di cuenta de que el hambre hacía acto de presencia.
Al abrir mi heladera y notar que estaba más vacía de lo que pensaba, decidí que mi próxima parada sería en la tienda de comestibles más cercana.
Con la mente puesta en satisfacer mi apetito, me dirigí a la tienda con la promesa de llenar mi hogar con alimentos y quizás algunas pequeñas comodidades más.
Recuerdo dejar siempre tu pedacito de
incentivo para que pueda seguir escribiendo. ( ⭑ )
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Éter Invernal. #1 JJK
FanficEn un invierno pintado de blancas promesas, la vida de JungKook da un giro inesperado cuando un día como cualquier otro, rodeado de libros olvidados y cafés humeantes, conocería a Yoo Mi, una musa literaria que enciende su mundo, y cuyo amor por la...