Prólogo: Refugio Invernal.

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En el frío abrazo del invierno, cuando las calles de
la ciudad estaban teñidas de blanco, el pequeño Jungkook descubrió un refugio mágico en el acogedor rincón de una simple librería-cafetería.

Sin saber que entre esas mismas estanterías y
los encantadores aromas, encontraría algo más
que historias.

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El tenue resplandor del amanecer se filtraba a
través de las cortinas, haciendo que mi habitación fuera iluminada con una suave paleta de colores invernales.

El crujir de las sábanas al estirarme rompió la quietud matutina, y el frío del suelo al poner los pies fuera de la cama me recordó que el invierno se había adueñado de la ciudad. Acaricié con mis dedos la superficie de la ventana, que exhibía un paisaje de promesas blancas. La nieve recién caída decoraba cada rincón, cubriendo los edificios y los árboles con su manto inmaculado, incluso mi aliento formaba pequeñas nubes en el aire mientras me movía con calma por la habitación.

Opté por un abrigo que yacía doblado en la silla, y mi pantalón de jeans favorito, al salir, mis botas robustas y forradas en cuero negro, crujieron al pisar la nieve virgen. Mi bufanda de lana gruesa, envuelta con esmero alrededor de mi cuello, ofrecía un escudo contra la mordida del clima helado. Los guantes resistentes, del mismo material que mis botas, resguardaban mis manos del gélido abrazo matutino.

El viento acaricia mi rostro cuando me encamino hacia la cafetería, a tan solo unos metros de distancia. Al deslizarme a través de la puerta, la campana me recibe con su melódico tintineo, como si estuviera saludando a un viejo amigo.

El aroma embriagador del café recién hecho me envuelve de inmediato, calentando mis sentidos, la decoración acogedora y las mesas desgastadas por el tiempo me saludan con una familiaridad reconfortante.

Ahí están, los dueños, como guardianes de este santuario literario.

El rostro amable del señor se ilumina cuando levanta la vista, su saludo resonando con calidez.

—¡JungKook! Por fin has llegado. —Exclama con un entusiasmo contagioso. Asiento con una sonrisa, agradecido por la bienvenida que me ofrecen.

La esposa, hábil tras la máquina de café, interrumpe su labor para agregar su propio saludo. —¿Qué libro leerás hoy? —Su mirada curiosa sugiere un interés genuino por las historias que elijo compartir con ellos.

—Es una obra clásica esta vez. —respondo, deslizando mi elección sobre el mostrador con cuidado. —Me sumergiré en Cien Años de Soledad, ¿algún café que recomienden para acompañar esta odisea literaria?

Nuestro intercambio habitual me hace sentir parte de algo más grande, una comunidad unida por las letras y las infusiones aromáticas que tejemos juntos en este refugio.

El dueño sonríe, contagiado por la emoción compartida. —Ah, Cien Años de Soledad, una elección excepcional. —responde.

Su voz llevando consigo la experiencia de incontables historias. —¿Qué tal un Jujube Latte? Es una deliciosa bebida con notas dulces y reconfortantes, su sabor complementará muy bien tu elección y se fusionará perfectamente con la narrativa de García Márquez.

Asiento con gratitud, sintiendo la conexión especial que se ha forjado a lo largo de los días, meses y años que he pasado aquí.

La esposa, con destreza, comienza a preparar el Jujube, mientras espero, me sumerjo en las primeras páginas del libro, el aroma de la bebida se mezcla con la atmósfera acogedora, creando una experiencia sensorial única. La pareja, observando mi inmersión en la lectura, intercambian una mirada cómplice que parece decir: "Otra historia comienza".

La esposa finalmente coloca la taza frente a mí, y en el primer sorbo que doy revelo un equilibrio armonioso de sabores, cerrando los ojos por un momento, dejando que la combinación de la lectura y la bebida me transporte a lugares lejanos.

Me acomodé en mi rincón habitual, donde la luz que traspasa las ventanas acaricia las páginas de mi novela actual.

La mañana transcurre, los dueños, siempre atentos, continúan siendo los custodios de este pequeño universo donde el tiempo se dilata, y el invierno se convierte en un lienzo donde las promesas blancas dan paso a nuevas narrativas y descubrimientos.







:  Estoy agradecida de que hoy finalmente haya podido compartir mi novela, deseo ascender pronto para llegar a más personas y tocar su corazón con esta obra.

Recuerda dejar siempre tu pedacito de
incentivo para que pueda seguir escribiendo. ( ⭑ )

Éter Invernal. #1 JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora