VIII

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Chapter eight

Hoy era el bat mitzvá de Devin, así que tan rápido como terminó la escuela empecé a buscar que ponerme, Kym me dijo que debía ser algo elegante pero sutil a la vez. Terminé eligiendo un vestido blanco de seda que tenía un pequeño doblez en la parte del pecho, con unos tacones de bloque del mismo color.

Después de haberme bañado hice mi rutina de piel ya que no llevaría nada de maquillaje aparte de un gloss y rizarme las pestañas, pero quería que mi rostro luciera bien.

Para complementar mi vestimenta, tomé el bolso Gucci que había comprado el mismo día en el que conocí a las chicas. Guardé ahí mi teléfono, mi identificación, el gloss Dior que había usado, mis air pods y dinero, justo cuando acabé, sonó la bocina del auto de Kym, entonces me apresuré en bajar mientras me despedía de mi madre.

—Holaa -saludé abrazando a la asiática.

—Luces muy bien -se separó para observarla y luego darle una sonrisa.

—Tú también, luces perfecta -sonrió —¿Pasaremos por las chicas?

—Claro, debemos hacer nuestra icónica entrada -movió sus hombros exageradamente ocasionando que riera.


[...]


Luego de haber pasado por Anya y Megan, finalmente estaban entrando en la fiesta, a la que habían llegado un poco tarde. Esta tenía una temática de carnaval, habían bailarinas con glamurosos trajes que recibían a la gente.

Luego de pasar por enmedio de mucha gente terminaron cerca de un señor, quien tenía dos aves posadas en su antebrazo y hombro.

—¿Esas aves son rescatadas? -le preguntó Megan al señor.

—¿Perdón?

—Espero que lo sean -exigió la asiática, rodando los ojos.

—¿Iremos con los chicos? -Anya señaló a su dirección.

—No ahora, están jugando a las peleitas -dijo Kym, así que empezamos a hablar entre nosotras.


[...]


Estaba jugando con un chico en una sección un poco apartada de los demás. No sé porqué, pero, desvíe la mirada a una dirección específica, y la ví, estaba realmente linda, aunque, siempre lo estaba. Quedé embobado con la sonrisa que formaban sus labios, sus lindos labios..

—¡Andy, sonríe para la foto! -gritó Aaron y volví a la realidad.

Formé una sonrisa en mi rostro y escuché la cámara sonar para luego darme cuenta de que habían cuatro chicas ahí, que después de darle una mala mirada a Mateo, se fueron. No le tomé importancia y seguí luchando con el otro chico.

—Vamos a grabar unos cuantos tik toks, ¿quieren venir? -Kym agitó levemente su teléfono esperando que respondiéramos.

Los demás dijeron que no, pero Sheccid estaba ahí, así que terminé aceptando.

—Bien, primero grábanos a nosotras -me dijo Megan.

—¿Después de que haya aceptado me hacen a un lado? Auch -toqué mi pecho indignado y escuché la risa de Sheccid.

𝗦𝗵𝗲 𝗗𝗿𝗶𝘃𝗲𝘀 𝗠𝗲 𝗖𝗿𝗮𝘇𝘆 | 𝘈𝘯𝘥𝘺 𝘎𝘰𝘭𝘥𝘧𝘢𝘳𝘣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora