IX

521 54 10
                                    

Chapter nine

Ya estábamos en la escuela hebrea, en este momento estábamos las chicas y Andy hablando. Kym miró atrás suyo para luego devolver la mirada.

—Miren quiénes acaban de llegar -murmuró con tono de disgusto.

Al voltear a ver, estaban esas cuatro chicas caminando juntas, como siempre.

—¡El poste! -gritó la de lentes y todos regresamos a lo nuestro con algo de pena ajena, yo solo alcancé a ver qué la rabina Rebeca se les acercó.

—Dios, me dan tanta vergüenza -dijo Megan, y todos concordamos.

No me malinterpreten, no soy de las que juzgan pero, yo no gritaría a los cuatro vientos algo que haría que me vean raro, así que sí, me daba algo de pena ajena, sin llegar a burlarme, claro.

[...]

Ya estábamos en el salón, Kym nos estaba contando algo a Megan y a mí mientras yo veía de reojo a quienes entraban, hasta que capté a Andy, quien se acercaba a la pelinegra, y le dijo algo que no alcancé a escuchar muy bien, pero si pude ver qué cuando el rubio se alejó, ella le hizo una mueca de emoción a su amiga, así que fruncí mi entrecejo, ¿que le pudo haber dicho para que reaccionara así? Justo en ese instante entro la Rabina, así que todos fueron a sus lugares.

—¡Muy bien, Shabbat Shalom! -todos saludamos —Bien, ¿se sienten en la cima o que? ¿ya empezaron sus proyectos de mitzvá? -la mayoría dijo que no y yo solo asentí con la cabeza —¿No? Es la parte más importante de todo esto, es cuando haces algo por tu comunidad, por la sociedad en general.. o ¿qué, no les interesa la sociedad en general? -nuevamente la mayoría vocalizó un "no" —Ok, que tal si seguimos en donde nos quedamos con nuestro buen amigo David, este amigo...

Dejé de escuchar a la Rabina por un momento e, inconscientemente, giré mi cabeza hasta el fondo de la clase, donde se encontraba Andy, él prestaba atención a lo que la Rabina decía, se veía lindo, con su perfecto perfil, su perfecto cabello y sus perfectos lab- espera, ¿por qué había empezado a fijarme en Andy?

Cuando reaccioné, volví mi vista al frente tan rápido como pude, pensando en una razón lógica de mi interés en él, pero no había. Intenté volver a prestar atención, aunque ahora tenía metido en la cabeza a ese chico.

—¿No has hecho algo así, Aaron? ¿Engañar a tu esposa? -el de ojos azules volteó a ver a sus costados.

—¿Y-yo? -tartamudeó.

—Nene, estoy jugando, relájate, estas sudando -explicó entre risas —No eres un coqueto, Aaron, eres precioso. Mira tu brazo y tu bigote, ya eres todo un hombre, dame cinco -la clase no evitó las risas y yo tampoco.

[...]

Justo ahora, me encontraba paseando a los tres perros de los que era responsable, con Luke a mi lado, quien me indicaba cómo tomar correctamente las correas.

—¿Nunca has paseado a un perro en tu vida? -preguntó, incrédulo.

—No, ¿se nota mucho? -contesté con dificultad, pues intentaba que los perros no sean los que me paseen a mí.

—Demasiado -confesó y yo lo volteé a ver con indignación.

—Eso fue cruel de tu parte -le reclamé.

𝗦𝗵𝗲 𝗗𝗿𝗶𝘃𝗲𝘀 𝗠𝗲 𝗖𝗿𝗮𝘇𝘆 | 𝘈𝘯𝘥𝘺 𝘎𝘰𝘭𝘥𝘧𝘢𝘳𝘣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora