Capítulo Dieciséis

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- ¡Chuuya! ¡¿Dónde estás?!

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- ¡Chuuya! ¡¿Dónde estás?!

Gritaba desesperado el pelinegro mientras corría buscando de un lado a otro a su hijo, algunas veces incluso empujaba a algunas personas que pasaban a su lado pidiendo disculpas avergonzado

Se detuvo cuando su teléfono sonó, tenía pensando no contestar, pero cuando vio el nombre de uno de sus superiores no dudo en responder

- Mori-Sensei ¿En qué le puedo ayudar?

- ¡Rimbaud! ¿Verlaine te contó sobre la misión?

- ¿Misión? ¿Qué misión, sucedió algo?

- Oh, no, bueno, la verdad es que puede pasar algo horrible

- Por favor de más detalles

- Fukuchi Ouchi ya quiere que la guerra inicie, por eso ha mandado junto a algunos terroristas a colocar perros bombas a los sectores más conocidos y con más turistas, si esos perros bombas llegan a explotar la guerra iniciaría

Sus pasos ser detuvieron, miro al suelo y sintió como todo comenzaba a dar vueltas, la desesperación comenzaba a agobiarlo intenta inhalar para tranquilizarse No funciona

- ¿Rimbaud? ¿Estás ahí?

- ¿E-Eh? A-ah ¡sí! ¿En qué puede ayudar?

- Debes estar cerca en donde todos estamos, necesito tu ayuda en algo

La llamada colgó, miro su celular para después mirar a las calles viendo como familias caminaban con alegría sin ninguna preocupación

- ¿Y si no encuentro a Chuuya? - La desesperación lo agobiaba, si no encontraba a su hijo y la misión fallaba, temía que se llegara a lastimar Apretó sus labios junto a su celular, no podía dejar al menor a su suerte, pero tampoco debía darle la espalda a la organización

- Lo siento Mori-Sense- Se disculpó en su mente para empezar a correr comenzado a gritar cada vez más fuerte el nombre de su hijo desesperado por su segunda desaparición

- Lo siento Mori-Sense- Se disculpó en su mente para empezar a correr comenzado a gritar cada vez más fuerte el nombre de su hijo desesperado por su segunda desaparición

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Lejos de donde se encontraba el pelinegro, Chuuya junto al canino llegaron al frente del gran reloj, lugar en donde sucedería todo

Con cuidado entraron sin llamar mucho la atención de las personas, subieron rápido las escaleras y cuando el menor tenía pensado abrir la puerta el perro jalo de su camisa

Quirky familyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora