Capítulo Nueve

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Los suaves rayos de sol pasaban por la ventana, frunció un poco el ceño y sin ganas de levantarse tapó toda su cara con la sábana

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Los suaves rayos de sol pasaban por la ventana, frunció un poco el ceño y sin ganas de levantarse tapó toda su cara con la sábana

Estaba cansado y lo que menos quería era despertar, con cuidado abrazo el pequeño cuerpo de su hijo

Todo era tranquilo, pero no fue hasta que un fuerte golpe en la puerta hizo que diera un pequeño salto sobresaltándolo aún con Chuuya en brazos se sentó en la cama

- ¡Buenos días!

Saludo con una gran sonrisa, su superior estaba más arreglado y se notaba que ya se había despertado quizás una o dos horas antes que él

- Buenos días, Mori-Sensei

- días…

Murmuró el pequeño chuuya aún medio dormido abrazando más el cuerpo de uno de sus padres sin querer separarse

- ¡Vamos, arriba! Quiero que mires lo que trajo Rimbaud

De la misma manera rápida y repentina que llegó, el pelinegro desapareció, dejando la puerta abierta para que ambos salieran

Con pereza y con pijamas se levantaron de la cama, Verlaine tenía en sus brazos a Chuuya que poco a poco comenzaba a despertarse

Vio desde la cocina como Rimbaud hablaba con su característica tranquilidad a su superior, mientras que Morí miraba ansiosos el desayuno que el pelinegro estaba haciendo

Cuando Morí se dio cuenta de la presencia de ambos ojiszafiro salió rápido de la cocina y se dirigió hacia una pequeña mesa agarrando una funda

- ¡Mira, Chuuya-Kun!

Llamo animado el mayor, el pelirrojo abrió más sus ojitos dejando ver aquellos brillantes ojos zafiros que miraban un poco confundido

Verlaine dejó a su hijo en el suelo viendo como Morí se acercaba al menor y comenzaban a abrir la funda, su atención se encontró en la cocina

Se acercó hasta la cocina, abrió la puerta encontrándose con el pelinegro cocinando tranquilo el desayuno mientras llevaba un mandil rojizo oscuro junto a pequeños adornos de sombrero

- Oh, Buenos días

- Me hubiera llamado para ayudarte a hacer el desayuno

- Te veías profundamente dormido, son pocas las veces que te veo dormir tan tranquilo, así que quise que descanses más

- Gracias…

- ¡Papá Verlaine, mira!

Un alegre y entusiasmado chuuya entro a la cocina con un pequeño uniforme, se veía muy elegante, bueno, no era esperarse de menos con una escuela como Stray dogs

- Dime pequeño chuuya ¿te lo quieres probar?

- ¡Sí!

- ¡Estas de suerte hoy dentro de unas horas es la inauguración! Así que deberías de apresurarse

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