Capítulo Cuatro

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Ambos mayores regresaron al día siguiente siendo esta vez recibidos por alguien quien no era aquel castaño de cabellera rojiza, el hombre enfrente se veía diferente, su cabellera era pelinegra y tenía lentes aparte de que se veía un poco más joven

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Ambos mayores regresaron al día siguiente siendo esta vez recibidos por alguien quien no era aquel castaño de cabellera rojiza, el hombre enfrente se veía diferente, su cabellera era pelinegra y tenía lentes aparte de que se veía un poco más joven

- Oh, Bienvenidos, ¿Puedo ayudarles en algo?

- ¿Por si acaso se encuentra Odadaku?

- ¿Oda? ¡Oh! ¿Ustedes son la pareja de casados que quieren adoptar a un niño? Odasaku se encuentra en su oficina, por favor síganme

El joven dejó al pequeño que se encontraba en brazos en el suelo haciendo que este hiciera un puchero y cruzara sus brazos, el joven guio a ambos mayores hasta una puerta lo abrió y les dio permiso para que ellos pasaran primero y después cerrar la puerta dejando solo a ambos mayores y a quien buscaban

- ¿Ya han pensado a quien van a adoptar?

Pregunto con tranquilidad el joven castaño rojizo mirando con una pequeña sonrisa a ambos mayores, ambos se sentaron en dos sillas enfrente del escrito del menor y asintieron

- Teníamos pensado en adoptar a Chuuya, Chuuya Nakahara

- ¿Están seguros? Todos los trámites ya están hechos será de una manera legal, pero no me gustaría ver a Chuuya llorar otra vez porque lo regresaron

- ¿Otra vez? ¿Por qué lo regresarían?

- Chuuya ha sido regresado más de una vez, entendería por qué ustedes podrían regresarlos, pero me gustaría mucho que no solo trataran a Chuuya como un objeto más para su misión, sino como un hijo, estoy seguro de que Chuuya se comportara bien porque no soportaría que lo dejara otra vez, las veces que fue regresado era porque es muy animado y no le gusta ver como las personas más débiles son lastimadas podríamos decirle que cree mucho en la justicia para ser alguien pequeño

- Cuando termine la misión lo regresaremos aquí, pero no dude que en todo el tiempo en que esté con nosotros será tratado como un hijo, para mí y Rimbaud

La firme figura y la decidida mirada zafiro del mayor hizo que el joven cuidador diera una pequeña sonrisa

- Confío en su palabra, Verlaine-San

Los tres se levantaron y salieron de la oficina caminando por los iluminados pasillos hasta llegar a la habitación del pequeño.

La puerta de la habitación del infante hizo que el menor se levantara entusiasmado, dejando sus juguetes tirados y acercándose con una gran sonrisa hacia ambos mayores que ya había tenido la oportunidad de conocerlos, ignorando por completo a Odasaku

- Chuuya

Llamo el castaño rojizo llamando la atención del infante haciendo que soltara la pierna derecha del rubio, su sonrisa se borró por un momento cuando vio la cara seria de su sensei

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