"Rey de los asesinos" así era llamado un apodo que su compañero le solía llamar, un demonio que no dudaba en matar a todo a aquel que su organización se lo pedía, eran considerados como el perfecto dúo, jamás fallaban en sus misiones y nunca expresa...
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Abrió la puerta para salir, no sin antes despedirse con una movida de mano al pelirrojo, quien lo despedía con una gran sonrisa, cerró la puerta y dio un pequeño suspiro cansado
Dio la vuelta encontrándose con el rubio quien se encontraba en brazos cruzados, su bufanda estaba desacomodaba, su cabello que antes estaba bien peinado estaba suelta y su trenza estaba floja y en su mano tenía su lazo negro
Dio una pequeña risa ocultándolo con su mano haciendo que el rubio frunciera el ceño un poco, se acercó a el rubio y con cuidado le acomodó la bufanda celeste del mayor
- ¿Cómo te fue?
Pregunto con una pequeña sonrisa acomodando con perfección la bufanda del rubio quien bufo un poco cansado
- Es un demonio
- ¿En serio? A mí me tocó un niño muy dulce y tranquilo, además por alguna manera me recordó a ti
- Que bien porque ese niño me recordó lo mucho que no quiero hijos
- Aunque no quieras Mori-Sensei ordeno que deberíamos cuidar a un niño ¡Oh! ¿Y si conoces al niño que me toco a mí?
- ¿Y dejarte con ese demonio que me tocó ahí adentro? Olvídalo
- Bueno, tenía pensado acompañarte, pero quizás debería conoc-...
- ¡No! ¡Definitivamente me acompañarás!
Sin decir nada más, el rubio empujó al menor enfrente de la puerta, dio una pequeña sonrisa y la volvió abrir
- ¡Oh! ¡Otra vez volviste!
Hablo entusiasmado del pelirrojo dejando sus juguetes en el suelo, levantándose comiendo hacia el mayor abrazándolo una pierna
- ¡Creí que la adopción demoraría más!
- O-Oh, B-Bueno, Chuuya-Kun. La verdad es que Verlaine y yo aún lo estamos reflexionando, pero ¡hey! No te preocupes, Verlaine no le fue tan bien con tu amiguito
Shirase Hablo con suave el pelinegro cargando en brazos al menor murmurándole lo último haciendo que el pelirrojo pusiera sus manitos en su boca y riera
- Shirase suele ser un tonto cuando alguien lo quiere adoptar, se suele comportar malcriado cuando alguien se quiere acercar
- Y vaya que tienes razón
Hablo esta vez el rubio intentando acomodarse su cabello enredado con sus manos sintiéndose un poco mal, Rimbaud se había esforzado para peinarlo y hacerle la trenza para que después un niño de quizás unos nueve años le dejara su cabello siendo un lío
- ¿Ese es tu esposo?
- B-Bueno
- Había escuchado que las personas casadas eran marido y mujer ¿Por qué te casaste con un hombre?