Pero aquí estaba otra vez, esperando en el mismo lugar donde se encontraba con Lan Xichen.
Jin Guangyao es de esos que no se rinden y esperaba encontrar a Lan Xichen para encararlo de frente. No podía pasar más tiempo, necesitaba confesarle lo que estaba pasando con él y necesitaba saber qué era lo que iba a pasar con ellos tras la decisión de Lan Xichen. Pero, sobre todo, era imprescindible conocer que sería del futuro heredero de Lan, porque sí, el ser que se estaba engendrando en su vientre iba a ser el primer hijo del primogénito Lan de esa generación.
Incluso se preparaba mentalmente por si Lan Xichen y su clan decidían quitárselo cuando naciera... Se consolaba al suponer que lo tratarían bien y que tendría todo lo necesario por el resto de su vida.
Era en ese camino que iba de uno de los edificios del centro de Geografía hacia la zona de los edificios de su universidad. Ese camino no era muy transitado y por ello solían darse encuentros casuales entre ellos. Tanto así que su relación era misteriosa para todos sus conocidos y completamente desconocida para el resto del campus. Ellos habían sido muy conscientes de que, si se conociera su relación, habría problemas entre las dos familias por intereses divididos.
Los Lan buscaban alianzas comerciales para expandir su negocio mientras que los Jin sólo buscaban capital decente y buena reputación. Los Lan sólo necesitaban un heredero para instruirlo en el negocio y los Jin buscaban cuantos más herederos se pudiese, para elegir al más apto y relegar al resto a sirvientes del más apto.
Y uno de esos, había sido A-Yao.
Balanceaba sus pies mientras permanecía sentado en uno de los escalones, al lado de un bici puerto con tejado. Pensaba, que tal vez la costumbre haría que Lan Xichen pasara por ahí. Eso anhelaba, eso esperaba.
—Vaya, vaya, pero ¿qué tenemos aquí?
A-Yao levantó la mirada y no esperaba encontrarse con el rostro más repugnante que jamás hubiera visto... aunque en este momento lo considerara como una bendición.
—Su She...— susurró y no se levantó para saludar. Su mirada se volvió hostil hacia él, pero luego cambió por una más desesperada pues, aunque detestara a este hombre, era una oportunidad para pedir un pequeño favor.
—No esperaba verte por aquí. ¿No deberías estar arrugándote en la gran piscina de tu lujosa mansión? Me sorprende que alguien con tu código postal esté tan enfocado en el estudio, más que en los números de su cuenta bancaria jaja— se burló el joven y se preparó para darse la media vuelta, hasta que...
—Disculpa...— sonó la diminuta voz del castaño, llamando la atención del otro. —Necesito pedirte un favor...
La mirada confundida de Su She fue su respuesta, sin embargo, no bastó con un par de segundos para que éste se acercara sigilosamente hacia él.
—¿Y qué podría ser?— le brillaron los ojos, pues se sintió con el poder de controlar a Jin Guangyao. —Sobre todo por... el desprecio que siempre me has dado
El Jin sintió el peso de esas palabras. Sabía que no tenía derecho a pedir favores, pero ahora estaba tan necesitado que era capaz de humillarse para tener 5 minutos con Lan Xichen.
—Necesito hablar con Xichen... puedes, ah, por favor... necesito que me ayudes a encontrarme con él. Necesito hablar con él y... me ha bloqueado por todas sus redes sociales... No sé cómo contactarlo
—Oh, ya veo— susurró Su She y se puso pensativo. —¿Y cuál es ese gran motivo por el que te urge encontrarle?
Jin Guangyao se mordió el labio y sintió un escalofrío. Por supuesto que no iba a revelar que estaba gestando al heredero Lan, menos iba a revelar que era un omega y mucho menos frente a Su She. Entonces mintió para salvar su pellejo, aunque eso le hiciera perder cara.
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Tu pequeña peonía
FanfictionJin Guangyao era un joven estudiante prometedor que, sin embargo, confió y creyó en alguien que le juró dar su vida por él siendo una mentira. El tiempo pasó y él cambió de nombre y de ciudad, pues una circunstancia muy linda y especial cambió su vi...