『𝗗𝗮𝗲𝗺𝗼𝗻 𝗧𝗮𝗿𝗴𝗮𝗿𝘆𝗲𝗻 』ᵒᶰᵉ ˢʰᵒᵗˢ ⁺¹⁸

3.𝑵𝒐 𝑶𝒏𝒆 𝑩𝒖𝒕 𝑴𝒆

Resumen: Daemon te desea, la hija mayor de Viserys y Alicent que se convertirá en septa.TW: DUBCON, profanidad, insinuaciones, afab lector, canon-típico incesto, la corrupción kink, la inocencia kink, la religión kink, dacryphilia, muslo montar, digitación, oral f recibir, overstim, p en v sexo, pérdida de la virginidad, la cría kink

Clasificación: 18+

autor original:valeskafics (tumblr)

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Daemon Targaryen nunca pensó mucho en ti, la hija mayor de su hermano y Alicent Hightower. Eras una cosita sencilla y tímida la última vez que te vio, en la boda de Rhaenyra antes de fugarse con Lady Laena. Eras bastante dulce, le hacías reverencias y le saludabas cortésmente cuando te encontrabas con él, dándole las gracias por haber luchado tan valientemente en las Piedras Escalonadas. Pero ese fue el alcance de tu interacción.

Tras el fallecimiento de su segunda esposa, viene a Driftmark a velarla. Y es entonces cuando te vuelve a ver. Ahora eres una mujer, se da cuenta al verte posar una mano sobre los hombros de Helaena y Aemond, mientras Aegon ya está en sus copas. Hay algo tan dulce en ti, tu gentil disposición cuando te agachas para arreglar la túnica de Aemond, dándole golpecitos en la punta de la nariz con el dedo. El muchacho, que ha estado adusto durante todo el funeral, se anima con una sonrisa brillante ante tu atención, algo que Daemon encuentra bastante interesante. Eres hermosa, las curvas de tu cuerpo evidentes a pesar del vestido algo conservador que llevas, sin duda elegido a dedo por tu madre.

Te acercas a él, con una sonrisa amable y dulce en el rostro mientras le das el pésame: "Siento mucho tu pérdida, kepus. No conocí bien a Lady Laena, pero muchos la echarán mucho de menos". (Tío)

Daemon simplemente asiente y te haces a un lado, llevándote a Aemond y Helaena contigo. Piensa que pareces más su madre que Alicent, demasiado ocupado con su hermano. Algo se agita en su interior mientras te observa, sin apartar los ojos lilas de tu figura. Has despertado el interés del Príncipe Pícaro, y tiene toda la intención de reclamar a su dulce sobrinita como premio. Te persigue mientras entras en el castillo, con tus hermanos detrás, como patitos en fila. Y, como si pudieras ser más perfecta, te observa interactuar con sus hijas. La amabilidad que les muestras, el afecto que les dispensas tras su devastadora pérdida.

Los engranajes en la cabeza de Daemon comienzan a girar y se da cuenta de que eres la mujer perfecta para él. Y que va a hacer cualquier cosa para hacerte suya. Sólo hay un pequeño problema. Es decir, cuando tu madre anuncia tu intención de convertirte en septa durante la cena. Sonríes de orgullo cuando tu padre, en un raro momento de cariño hacia ti, se inclina y te da un beso en la frente. Aegon te dice algo que hace que le des una fuerte palmada en el hombro, esa pequeña chispa que has mostrado encendiendo una llama en el interior de Daemon. Vio cómo tus ojos bailaban con picardía. No, no puedes malgastar tus días como septa, encerrada lejos del mundo, tu belleza nunca será admirada. Sin duda tendrá que hacer algo al respecto esta noche.

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Te encontró esa tarde, caminando hacia la humilde sepultura de Driftmark, sin duda yendo a tus oraciones vespertinas. Oyó a tu madre declarar a Rhaenyra con no poco orgullo que nunca te has perdido una oración. Sale de entre las sombras, cogiéndote por sorpresa, tu mano volando hacia tu pecho como para calmar tu corazón. Es adorable, de verdad. Eres como un conejito, y él es un lobo que va a por la presa.

"Tío", saludas con voz suave, inclinando la cabeza a modo de saludo antes de juguetear nerviosamente con los dedos, "si me disculpas, voy de camino a las oraciones de la tarde".