『𝗗𝗮𝗲𝗺𝗼𝗻 𝗧𝗮𝗿𝗴𝗮𝗿𝘆𝗲𝗻 』ᵒᶰᵉ ˢʰᵒᵗˢ ⁺¹⁸

14-Foul Day

Resumen:Tienes un mal día y buscas a Daemon Targaryen por su experiencia.

 Advertencias: sexo duro, fingerfucking, tratamientos faciales, la sobreestimulación, dom! Daemon, hablar sucio

 autor original: https://www.tumblr.com/flowerpotmage/702146137233227776/foul-day-18

 ┗━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━┛

El corazón te martillea en la garganta y te limpias la ropa con las palmas sudorosas.

¿Qué coño estoy haciendo aquí?

Es una pregunta retórica que te haces a ti mismo. Ya sabes la respuesta mientras miras fijamente la madera de la puerta del príncipe Daemon, agradecido por la discreción de su guardia y por ignorar tu presencia. Aun así, no quieres parecer más tonto de lo que eres, así que finalmente consigues decirle a tu mano que llame.

Toc, toc, toc. Tres pequeños golpes con los nudillos en la madera y esperas.

Después de un largo momento, que probablemente no sea tan largo, la puerta se abre.

"¿Qué...? Oh", su apenas disimulada exasperación se convierte en deliciosa sorpresa con un parpadeo. "Es muy tarde". Sonríe mientras se apoya en el marco de la puerta con una camisa y unos pantalones holgados, sin importarle en absoluto que su guardia esté de pie a escasos metros de ti.

"Príncipe Daemon", saludas, incapaz de sostenerle la mirada y optando en su lugar por mirar sus mangas. En un principio habías dejado caer la mirada hacia su pecho, pero la tela desatada colgaba con recelo de un modo revelador que te hace calentar las mejillas. Aprietas las manos entre sí mientras su mirada te baña. "Pido disculpas por el retraso de la visita, yo..."

"Pasa", mueve la cabeza por encima del hombro y se aparta para ti, abriendo más la puerta para que puedas pasar. Sale por la puerta y habla en voz baja al guardia: "Encárgate de que no nos molesten", y luego cierra la puerta.

Cuando se vuelve para mirarte, estás de pie en el centro de la habitación retorciéndote las manos y mirando la chimenea.

"Debo decir", permanece junto a la puerta, apoyado despreocupadamente en una pierna. "No creí que fueras tú quien buscara mi compañía".

Tragas saliva, disimulando la vergüenza. "Sí, bueno, todos hacemos tonterías". Apenas sale más que un susurro, y él se acerca más a ti.

"Pareces... angustiada". Dice, deteniéndose a una distancia respetable por si alguien entra de repente en la habitación.

Sabes que no lo harán.

Bajas la cabeza y te miras las manos casi temblorosas. "Tuve un día bastante desagradable", dices en voz baja.

Sus siguientes palabras son mucho más cercanas de lo que esperabas, ya que ahora está de pie a tu espalda. Su voz susurrante en tu oído izquierdo es sorprendentemente suave, a pesar de su tono petulante.

"Y has venido a mí para mejorarlo". No es una pregunta. Ha adivinado por qué has aparecido en la puerta de sus aposentos a esta hora tardía del murciélago.

Tragas saliva y asientes con la cabeza. Su leve contacto te roza el cuello, el hombro y luego su mano te recorre el brazo con más firmeza. Sientes el aliento de su nariz al otro lado de tu cuello.

"Entonces lo haré mejor", susurra, rozando tu piel con los labios mientras habla, y puedes sentir cómo sonríe mientras tu respiración se vuelve más superficial.