SIX

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El día estaba tan sombrío como su humor. Taehyung
se envolvió más fuerte en su capa mientras se dirigía en su caballo a Mayfair. No había dormido muy bien anoche, después de la abrupta desaparición de Jungkook. Estaba realmente exasperado de no haber corrido tras Jungkook y lograr hablar con él, así que le pidió a uno de sus asistentes que descubriera quién era Jungkook a primera hora de esta mañana. Pero antes de que pudiera saber algo había recibido un mensaje.

—Buenos días, Su Alteza. —George, el mozo de
Albino, inclinó la cabeza.

Taehyung trató de no fulminar con la mirada al chico
mientras desmontaba y llegaba al suelo. Odiaba que le dijeran Su Alteza se oía tan pomposo. —Buenos días, George, y es Coronel, —le corrigió y le dio las riendas de Cirilo.

George inclinó la cabeza de nuevo, su cara un poco
pálida. —Sí, Coronel. Lo siento, señor.

Taehyung atravesó una pila de nieve para llegar al
camino. Estaba siendo un imbécil. No era culpa del mozo que Jungkook se hubiera ido anoche y que Taehyung no pudiera sacar esos ojos amarillos de su cabeza. Deteniéndose en el escalón inferior, Taehyung se giró
—George.

El chico lo miró. —¿Sí, Coronel?

—Lo siento. No quise ser rudo contigo.

George se quedó con la boca abierta durante un breve segundo, entonces la cerró y sonrió. Bajó la cabeza reconociéndolo. —Es mi culpa, Coronel, lo olvidé de nuevo.

Subiendo los escalones, Taehyung dejó que su mente
regresara a la noche anterior. ¿Habría empujado muy lejos a Jungkook? Honestamente, estaba sorprendido de que las cosas hubieran llegado tan lejos. Sabía de la timidez de Jungkook desde el principio. Pero maldición, no había esperado esa pasión entre ellos. Jungkook hacía que le doliera como nadie en mucho tiempo. Simon no quería ser tan dominante, pero perdió el control totalmente con esos impactantes ojos llenos de lujuria que seguían cada uno de sus movimientos. Jungkook había estado excitado desde el momento en que Taehyung se dirigió a él anoche y eso se le había ido a la cabeza de Taehyung. Taehyung lamentaba no tener la experiencia de nuevo, dado que al parecer asustó a
Jungkook.

Llegó a la puerta de la mansión, se quitó sus guantes,
entonces se apresuró a tocar la puerta con su puño.

La puerta se abrió antes de que su mano hiciera
contacto. La suave voz de Jaxon, el mayordomo de lo saludó. —Bienvenido, Coronel.

El mayordomo inclinó la cabeza y extendió la mano
para tomar los guantes, el sombrero y la capa de Taehyung. — Buenos días, Coronel. Su Gracia está esperándolo en el desayunador.

—Gracias, Dudley. — Taehyung se quitó su sombrero y capa dándoselos antes de seguir el olor de la comida por el pasillo.

Cuando abrió la arqueada puerta, Soo Hyun, el valet de Hyun Joong, le dio una cálida sonrisa y se hizo a un lado. —Su Alteza, es bienvenido. Su Gracia lo está esperando.

Taehyung no pudo no corresponder la sonrisa, incluso si Clayton le había saludado de esa manera. Soo-Hyun había estado con Hyun Joong desde que él vivía en el palacio, desde que Taehyung era un bebé. Taehyung había estado enamorado de él cuando era adolescente, pero más que todo consideraba a Soo-Hyun una especie de amigo. Cuando niño Taehyung había pasado muchas horas con ese hombre, hablando en el refugio del cuarto de Hyun Joong, hasta que Hyun Joong regresara de cualquier evento que estuviera atendiendo.

Taehyung tomó la mano de Soo-Hyun antes de que pudiera irse. —Encantado de verte, Soo-Hyun. ¿Cómo estás?

La sonrisa de Soo-Hyun se amplió incluso más, sus
verdes ojos brillaron con alegría. —Estoy bien, y veo que aun no aprendes a ignorar a los sirvientes. Es muy poco elegante. Lo sabes, —bromeó, entonces señaló con la cabeza el desayunador—. Entra, es importante.

THE ENGLOR INCIDENT  ⌱  TAEKOOK  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora