SIXTEEN

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Taehyung entró en el palacio sintiendo que había
estado de pie durante cuarenta y ocho horas. Su
reunión con el General se había llevado la mayor
parte de la tarde. Entonces se reunió con Doyoung y JungWoo en Gentleman Jackson‟s para un poco de ejercicio e informarles de la reunión. Pensó también ir con Aldred e informarle acerca de lo bien que estuvo su reunión, pero estaba tan cansado.

Los repentinos cambios que habían ocurrido en su
vida durante los dos días anteriores, lo habían finalmente golpeado. Se sentía ahogándose. Había tantas cosas que hacer y cada una parecía urgente. Esperaba que vencer a JungWoo en el ring de boxeo, reduciría esta frenética sensación que lo recorría, pero no lo hizo. En lugar de eso ahora tenía dolor de cabeza a causa de que su cara se encontró con el puño de JungWoo y su cerebro parecía seguir trabajando demasiado. Incluso ahora, tenía una lista de cosas que necesitaba hacer, pero estaba cansado y hambriento. Quizás después de comer y tomar una siesta mejoraría y llamaría a Hyun Joong, Ji Sung y In Sung para una breve reunión e informarles de lo que había aprendido del General, tristemente no era mucho.

—Buenas noches, Coronel. Se me instruyó que le
informara que Jungkook lo espera en su habitación y que se una con él en este instante, —Dunston le anunció con su alegre voz.

—Dile que estoy subiendo ahora, Dunston. ¿Él está...? «Espera. ¿Dunston? » — Taehyung se detuvo en el escalón y vio alrededor. Si él estaba en el palacio. Frunció el ceño—. ¿Dónde está Baxter? —No es que a Taehyung le importara particularmente. Era solo cuestión de tiempo antes de que él mismo desconectara a Baxter.

Dunston hizo un ruido nasal.

«¿él bufó?» Taehyung sacudió la cabeza y subió la
escalera. No le había oído nada así en el pasado a Dunston.

—Baxter ya no trabaja más aquí.

—Oh.— Taehyung sonrió, preguntándose cuánta
tolerancia tuvo su esposo antes de que se hartara de la actitud de superioridad de Baxter—. ¿Jungkook ya cenó?

—No, Coronel.

Maldición, esperaba que Jungkook no lo hubiera estado esperando. La culpa lo golpeó. Debió de haber llamado a Jungkook durante el día y decirle cuándo llegaría a casa. Esas cosas del matrimonio eran algo a lo que no estaba acostumbrado. —¿Puedes pedir que preparen algo y que lo suban?

—Ahora mismo, Coronel.

Para cuando llegó al segundo piso, se preguntaba si
debería decirle a Jungkook que incluyera un ascensor en su redecoración. Taehyung ni siquiera se había puesto su uniforme, solo se puso el abrigo sobre sus pantalones de algodón y camiseta y metió su culo en el aerotransporte junto con su escolta armada. Era un dolor en el culo la escolta armada. Necesarios, pero un dolor. Taehyung no estaba acostumbrado a que hubiera gente acompañándolo a todos lados. Aunque no iba a dejar a los guardias. Estaba casi seguro de que podía manejarse solo, pero si iba a insistir que Jungkook tuviera escolta las veinticuatro horas del día, él tenía que ser justo. Era solo cuestión de tiempo antes de que Jungkook empezara a quejarse de la constante supervigilancia. Manteniendo su escolta, Taehyung podía tener ventajas en las discusiones por venir.

Abrió la puerta de su habitación y se encontró a Jungkook sentado en la mitad de la cama con solo una camiseta blanca holgada y pantalones grises, con su computadora personal entre sus piernas abiertas y el siempre presente diario de pastas de piel a su lado. Estaba encorvado, tecleando sobre un teclado holográfico. Una lenta sonrisa se formó en los labios de Taehyung y su pene cobró vida. Galaxias, Jungkook estaba tan bueno que dolía.

Absorto en lo que estaba haciendo, Jungkook ni siquiera levantó la mirada cuando Taehyung cerró la puerta tras él.

Apoyándose en la puerta cerrada, Taehyung lo miraba, viendo que el resto de la tensión se alejaba. Su mente dejó de girar en todo lo demás, y se enfocó en el hombre frente a él. ¿Podría algún día dejar de sentir esa sensación de felicidad con solo ver a Jungkook? Debió de haber ido a casa después de la reunión y abortado el intento de relajarse en Jackson‟s.

THE ENGLOR INCIDENT  ⌱  TAEKOOK  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora