Capítulo 19: Cita

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—Madison

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—Madison... —masculló Logan, diciendo mi nombre completo después de mucho tiempo sin haberlo escuchado de sus labios— ¿Qué está... pasando?

Dejé escapar un gran suspiro. Era increíble la tensión con la que vivía día a día, no dudaba que tuviera la presión por los cielos.

—Aren. —inquirí lo más serena que podía— Entra a casa, vuelve a ser una persona normal, ponte ropa y regresa al salón. En menos de un minuto te quiero en el salón.

Mr. Hugs, a pesar de ser un perezoso, corrió bastante rápido hasta colarse por la ventana rota y desaparecer de mi vista.

—Eisherz. —observé a mi chico quién seguía comiendo el queso como si nada— Vas a dejar de levitar ahora mismo y sentarte en el sofá del salón. Cuando entre, no quiere ver un maldito rastro de queso. ¿Entendido?

El chico de hielo asintió y, mientras se marchaba, observé cómo se comía de un tirón el gran trozo de queso que le quedaba.

—L. —me giré hacia mi amigo— No entres en pánico. Tú y y vamos a entrar ahora mismo y te voy a explicar todo.

—No esperaba menos. —masculló medio que haciendo una broma, pero noté que no estaba del todo tranquilo.

Cuando entramos a la casa, reparé una vez más en todo el desastre que me rodeaba. Las paredes estaban cubiertas de Nutella, había cuadros hecho pedazos, huevos rotos sobre el suelo, harina esparcida por todos lados.

—Eisherz. Aren. —los mencionados, quiénes estaban sentados en el sofá, giraron su cabeza hacia mí— Arreglen todo esto. Y, por favor, hagan algo con esta ventana. —señalé hacia mi lado.

—Lo haremos. —exclamó el chico de hielo buscando la aprobación en mí. Pero yo tenía cosas más importantes sobre las que pensar en ese momento.

Guie a Logan hacia mi habitación, alejándonos del desastre que había abajo.

—Lo que acabas de ver y todo lo que te voy a contar en este momento, te va a convertir en cómplice de algo más grande. —inquirí— No puedes contarle nada sobre esto a nadie, o ambos estaremos muertos.

—Madison. Me estás asustando.

—Por eso te voy a dar la opción de olvidar lo que acabas de ver hoy y volver a tu casa como si nada hubiera...

—Quiero que me cuentes lo que sea que está pasando. La curiosidad me está matando. —me interrumpió— No diré nada. Lo prometo.

Me llevé la mano a la frente, negando con la cabeza. Así era Logan, le gustaba mucho el chisme y odiaba que lo dejaran a medias.

Sin embargo, ese no era el problema. El problema venía en forma de una pregunta que no dejaba de rondar por mi cabeza en ese momento: ¿Podía confiar en él? La respuesta era simple: No podía confiar en nadie. Pero conocía a Logan desde hacía años y nunca había hecho nada que me hiciera desconfiar de él. Al contrario, por más que había intentado alejarlo de mí, siempre regresaba como si nada hubiera pasado.

EisherzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora