—¿Qué ha pasado aquí?
Observé a Betsy entrando en aquella sala hecha pedazos. Sus ojos se movieron hasta posarse en el cuerpo de Aren recostado sobre mis piernas.
—¿Está muerto? —preguntó con los ojos abiertos de par en par.
—No te vas a deshacer tan fácilmente de mí, guapa. —inquirió Aren con los ojos aún cerrados, recuperando energía. La batalla lo había dejado agotado y debilitado físicamente. Le curé las heridas que tenía, aunque él me dijo que se recuperaría más rápido si descansaba. Así que eso hacíamos.
Betsy rodó los ojos ante las palabras del chico y decidió ignorarlo.
—Madison, ¿Qué pasó? ¿Dónde está Eisherz?
Aquella pregunta me rompía en pedazos el corazón. Un hueco en mi pecho crecía. No me veía capaz de responder a eso.
—Así que estás viva. —la voz agotada de Elías se escuchó al otro lado de la sala, en un rincón oscuro. No se había movido de al lado del cadáver de su hija. Mi vecina lo miró y retrocedió.
—No me jodas que... —se tambaleó. Luego negó con la cabeza y siguió hablando— ¿Él ganó? ¿Le hizo algo a... Eisherz?
En sus ojos vi la pregunta no formulada: ¿Y el corazón de Malik?
Para ella eso era Eisherz: el chico que tenía el corazón de su amor fallecido.
—¿Qué si gané? —bufó— ¿Creías que esto se trataba sobre quién ganaba o perdía, cuando había vidas humanas involucradas? ¿Crees, en serio, qué me importaba perder contra unos estúpidos niñatos?
—Mataste a Patty en frente de mí. —el nombre de mi tía salió de sus labios cargado de una ligera rabia— Te importaban una mierda las vidas humanas involucradas, eso lo dejó muy en claro. Si me hubieras atrapado, también estaría muerta.
—No. Estarías con el pecho abierto sobre una camilla. —el rostro de Betsy se contorsionó, pasó de la rabia al terror en pocos segundos.
—Eres una mierda de persona. Ojalá te pudras en el infierno. No, te vas a pudrir en el infierno. Estoy segura de que allá arriba hay un Dios que todo lo ve y te hará pagar por todo el daño que has causado.
—Betsy, no es momento para eso. Déjalo en paz. —inquirí, mi voz como la de un robot: sin emoción alguna— Él ya tiene su castigo.
Elías le lanzó dagas con la mirada a Betsy justo antes de levantar el cuerpecito de su hija, presionarla junto a su pecho y dejar la habitación en silencio. Mi vecina pareció confundida con la imagen proyectada, pero no dijo nada más sobre el tema.
—Ayúdame a sacarlo de aquí. Tiene el tobillo herido y no puede caminar. —declaré en dirección a la chica.
Aren se enderezó, Betsy se colocó a su derecha y lo sostuvo por la cintura, yo hice lo mismo a su izquierda. Nos pusimos en pie con cuidado.
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Eisherz
Fantasy«Él está encerrado en mi sótano y yo estoy condenada a enamorarme de él.» Desde el día en que Madison descubrió al chico que se encontraba congelado en el sótano de su casa, cayó perdidamente enamorada de él. Sexy, deslumbrante y con una belleza ca...