conteo de palabras: 3.3k+ advertencias: contenido +18. breeding kink, lewis es un poco posesivo, age gap.
En donde el secreto de Eva se ve revelado de la peor manera.
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Eva podía sentir la mirada de su novio desde el otro lado de la habitación. Lo estaba evitando a toda costa para que nadie se diera cuenta de que algo sucedía entre ellos.
Porque la gala de la FIA, era el último lugar en el que la hermana menor de Max Verstappen quería que la gente supiera de su relación con el siete veces campeón del mundo Lewis Hamilton.
Pero al mismo tiempo sabía que en el momento en el que había escogido su vestido, con un escote un tanto...exagerado, no existía un universo en donde su novio no le quitará la atención.
Y al mismo tiempo se sentía...bien. La tensión que se estaba empezando a acumular entre mirada y mirada, lo que la hacía sentirse cada vez más...excitada, por lo que la esperaba en su próximo encuentro con su novio.
Su atención se desvió del británico cuando el chico a su lado le hizo una pregunta, era un amigo de Max que siempre estaba en estas galas por competir en otra categoría. Honestamente, a Eva se le había olvidado su nombre y le parecía de mala educación volver a preguntar, así que solo le seguía la corriente.
Una corriente que Eva preferiría que dejara de fluir en cualquier momento, porque el chico parecía no saber que sus ojos no estaban en su pecho.
Y Eva claramente no era la única en notar la forma en la que ese chico la miraba, la rubia sintió su teléfono vibrar dentro de su bolso y con la mayor discreción posible, observó la pantalla.
L❤️: Dos minutos después de que me levante, ve al baño.
Eva levantó la vista de su teléfono y observó cómo Lewis se excusaba de la conversación en la que estaba sometido, dirigiéndose al baño del lugar. La chica contó los segundos en su cabeza e hizo lo mismo, actuando lo más sigilosamente que podía para evitar ser descubierta.
Entró al elegante baño, confundida al no ver a su novio dentro de este, ¿Se había equivocado de baño?
—¿Lewis?—Susurro la rubia para tratar de descubrir si el británico estaba oculto en algún lugar.
De un momento a otro, una mano tomó su cadera y la arrastró hacia el cubículo de uno de los baños, sintiendo de inmediato los labios de Lewis atacar su cuello.
—Dios...—El británico repartió besos desde la mandíbula de la rubia hasta llegar al borde de sus pechos.—Te ves hermosa.
Eva sintió las mariposas revolotear en su estómago por el cumplido del chico, amaba sentirse tan deseada por su pareja.
