conteo de palabras: 2.7k+ advertencias: contenido +18. Situada antes de la temporada 2022.
En donde Cass y George recuerdan un poco de su historia.
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Cass levantó la vista de su trago cuando sintió una mirada penetrante posarse en ella.
Examinó el lugar y sonrió coquetamente cuando se dio cuenta que quien la estaba mirando no era nada menos que George Russell.
El británico se acercó con lentitud hacia la chica, cómo un animal al acecho de su presa, cuando llegó al lado de la castaña apoyó su cuerpo en la mesada del bar, mientras pedía un trago.
—Leclerc.—George levantó la cabeza en forma de saludo.—Tanto tiempo sin verte, ¿Qué pasó qué ya no visitas a tu hermanito en las carreras?
—Algo llamado universidad, Russell.—Contestó la chica con picardía.—Pero no creo que alguna vez hayas tenido que preocuparte por algo así.
George no aguantó la pequeña risita que se escapó de entre sus labios, dándose cuenta que Cass seguía siendo la misma chica de siempre.
Cassiopeia y George tenían, lo que se podía denominar como historia. Se conocieron en el 2017, en donde la categoría en la cual Charles estaba participando coincidió con la que George competía en ese tiempo.
La química entre ambos fue instantánea, pasando el fin de semana de sus vidas en una habitación de hotel en Barcelona.
Los encuentros espontáneos siguieron ocurriendo de manera frecuente, cada vez que el otro encontraba un espacio libre para poder intercambiar algunos días rodeados de placer.
Envueltos en la lujuria, envueltos en el cuerpo del uno del otro hasta quedar sin aliento. Satisfaciéndose de la manera en la que sólo ellos sabían hacerlo.
Todo esto hasta el 2020, en donde Cass se había dado cuenta de los sentimientos que tenía por el británico y cortó toda relación con la excusa de que iba a ingresar a la universidad y no tendría tiempo para viajar acompañando a sus hermanos.
Así que llevaban casi un año sin verse, por lo que Cass definitivamente no esperaba encontrarlo en este bar de Mónaco mientras esperaba por su mejor amiga.
—¿Qué te trae por aquí, George?—Cuestionó la castaña, fingiendo desinterés, ojeando su teléfono solo para ver que había recibido un mensaje de su amiga diciéndole que le sería imposible llegar.
Genial, ahora lo único que quería era volver a casa rápido, porque sabía que mientras más tiempo pasaba con George, más probabilidades existían de volver a caer.
—¿En este bar?—El británico se encogió de hombros.—Quería distraerme un rato.
