Capitulo II

671 54 10
                                    

{.....}

Luego de ese baile Kim volvió a la mesa con sus amigos, aún procesando lo que había pasado con aquel bailarín.

Necesita saber quién era, necesitaba tenerlo...cuando Kim se caprichaba con algo, no paraba hasta obtenerlo y quería a ese pelinegro para él, precisamente brincando sobre él, gimiendo y bailando solamente para él.

Kim Taehyung era sí, tosco, seco, directo y crudo, no le gustaba irse con rodeos.

-Ash, que envidia -comentó Jimin luego de unos minutos de silencio -. Quería que me bailaran a mí -hizo un puchero.

Aunque no duró mucho su berrinche, ya que cuando una chica coqueta empezó a bailar en el tubo que estaba justamente en su mesa. Jimin aplaudió contento y admiró encantado, e inclusive le pidió a la chica que le enseñara a bailar algo en ese tubo...realmente su amigo era todo un caso.

Al pasar el rato Min Yoongi reía al ver a Jimin tratando de ser sexy en el tubo y Kim miraba alrededor con la esperanza de encontrar de nuevo al pequeño conejito, lo cual era difícil teniendo en cuenta de que el lugar estaba hasta la metras de clientes y bailarines.

Suspiró abatido y decidió disfrutar de algo del lugar, poco tiempo después necesitaba ir por un cigarrillo a fuera, así que se lo comentó a los chicos y se encaminó un rato hacia la salida de emergencia.

Caminó por unos pasillos que llevaban hacia la dichosa salida y empujó de la puerta con cuidado quedando en un callejón semi oscuro que era iluminado por una tenue luz.

Se recostó en la pared y tomó unas cuantas caladas a su cigarrillo ya encendido, mientras su mente divagaba en ese chico. Realmente lo había cautivado con un simple baile, era algo extraño, porque Kim era muy minucioso con las personas, no se interesaba por nadie realmente, y que aquel chico cautivara su atención con tan solo un encuentro era...totalmente nuevo para él, y más cuando ese mismo chico había esquivado sus labios.

Nadie negaba los labios de Kim.

Estando en esos pensamientos diversos, y sentimientos mientras fumaban, se escuchó el ruido metálico que acompañó la puerta, por donde había pasado, al abrirse, pero eso no detuvo las divagaciones de Kim, quien fuera la persona que había salido no le importaba, así que siguió fumando.

- ¿Estás seguro? -preguntó un chico por teléfono- Lo haré, te enviaré el dinero sólo...

Kim no era ningún chismoso ni le gustaba escuchar conversaciones ajenas, pero cuando miró inconscientemente hacia la voz suave se topó con el chico de sus pensamientos. Y él también lo notó porque dejó la frase sin culminar y cortó la llamada.

Los dos se miraron por un rato largo y Kim soltó el cigarro para pagarlo.

Era momento de cumplir caprichos, y aquel chico era el principal en este momento.

Pisó el cigarrillo y empezó a cercar lentamente, pero para su sorpresa, al mismo tiempo el chico se giró casi corriendo la puerta, huyendo de él.

Pero no, Kim no lo dejaría escapar.

Lo interceptó en el pasillo, dejando el cuerpo del chico pegado a la pared y apoyando sus manos a cada lado de la cabeza del chico, atrapandolo y dejándolo sin salida.

My litte Bunny Donde viven las historias. Descúbrelo ahora