CAPITULO X

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⚜️

Quiero besarlo...quiero besar a mi secretario

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Jeon gruñó contra la almohada, su cabeza dolía a horrores.

No vuelvo a tomar nunca más en mi vida, exclamó en sus pensamientos como cada persona que al final volvía a tomar

Frunció el ceño y fue abriendo los ojos poco a poco tratando de recordar todo lo que había pasado.

Dios me duele el cuerpo, se quejó cerrando los ojos nuevamente sintiendo punzadas en su cabeza.

Y como era costumbre estiró su cuerpo, ya que estaba algo entumecido, como si de un gato se tratara, pero se quedó a medio estiramiento cuándo su mano pasó por algo duro...específicamente un abdomen bien trabajado.

¿Qué....?

Jeon abrió los ojos de golpe y todos los recuerdos de anoche le cayeron como un balde de agua fría, de una agua fría y cruel.

No, no,no, no, dios

Aquellos recuerdos eran algo borrosos, pero evidentemente con su mala suerte, se acordaba de lo más vergonzoso, sobre todo con su jefe

¡Demonios!

Alzó su rostro de golpe siguiendo su mirada poco a poco donde estaba su mano, para encontrarse un firme abdomen, que sabía a ciencia cierta quién era, pero que se negaba aceptar.

Aún no sabía si estaba con él, tal vez era una vil jugarreta de su mente y se había dormido con cualquiera de la fiesta. Eso era mucho mejor que pensar en lo que su mente, al parecer, quería hacerle creer. Definitivamente mucho mejor

Subió un poco más las vistas quedando maravillado en cada tramo que su vista observaba,  con la imagen más candente, sexy y maravillosa de su vida.

Su jefe estaba a su lado durmiendo sin camiseta...

Que buena vista, pensó aún medio dormido, De seguro mi jefe hace ejerci-

Casi pega un grito.

¡Joder...es mi jefe!

Entró en pánico

¿Acaso...

Jeon miró debajo de su sábana, respirando aliviado al ver sus boxer negros, aunque eso no quitaba el hecho de que podría...de que habían...

Mierda, mierda, mierda

Se pegó varias veces en la frente con tu mano reprendiendose a si mismo y agarrando la almohada más cercana para opacar un grito.

—¿Despierto? —murmuró su jefe con los ojos cerrados aún.

Jungkook bajó lentamente la almohada y miró por fin la cara de su jefe, para cuando sus ojos se cruzaron se corrió fuera de la cama, sin alguna razón clara, aunque en su huida cayó  al suelo enredado en la sábana, llevándose consigo la almohada.

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