CAPITULO V

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Dime que te quedarás aunque sea lo peor de tu vida. No soy bueno, lo admito, pero si te quedas pienso ser lo mejor de tu vida

My litte Bunny

Min

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Quiero que acabes para mí….


Esas palabras persiguieron a Jeon Jungkook cada momento haciendo que reviviera lo qe había pasado ese día. Cada vez que su mente arrojaba aquellas imágenes pudorosas, su rostro se ruborizaba y su corazón latía frenéticamente.

Definitivamente hacer eso había sido un error, pero pese a eso, no se arrepentía del todo.

No podía, porque en cierta parte lo había querido. No pudo resistir a su jefe, y había descubierto una faceta que indudablemente era seductora, irresistible y que le encantaba.

Pero no podía repetirse.

No más cosas coshinadas, no es de dios

Un par de dedos aparecieron en su campo de visión chasqueando, volviéndolo a la realidad.

—Tierra llamando a Jungkookie —dijo Hoseok algo preocupado por su amigo —. Has estado algo perdido estos días, ¿Algo que contarnos?

Jungkook miró a sus dos amigos, los cuales lo miraban curiosos y preocupados por su actitud últimamente, pero no era capaz de contarles a sus amigos lo que había pasado con su jefe hace unos días, así que negó con la cabeza.

—Hmm, para mí que hay chisme y no querés contar —aseguró Jin masticando la última porción de su dona —. Dejando eso a un lado…¿Cuándo vas a dejar el trabajo de bailarín? —murmuró lo último en voz baja.

JK suspiró, no le apetecía hablar de eso tampoco.

Últimamente ese trabajo era un dolor de cabeza, pero tenía que resignarse hasta que su padre pudiera establecerse de nuevo y pudieran al menos contratar una enfermera para su madre.

—Eh…no lo sé, supongo que por un par de semanas más, hasta que papá pueda conseguir algo —comentó removiendo su almuerzo.

No se sentía orgulloso de lo que hacía, le avergonzaba hablar del tema.

—Pero no se preocupen me va…bien supongo.

Fue el turno de sus amigos de suspirar.

—Sabes que si necesitas algo estamos para ti, no tienes que recurrir a los extremos cuando sabes que tienes nuestra ayuda para lo que sea —le recordó Hoseok tomando sus manos—. Para eso estamos los amigos

Jin asintió y le brindó la mejor de sus sonrisas.

—No estás solo, estamos contigo jungkookie

Los ojos de Jungkook se pusieron cristalinos y sonrió para brincar y darle un fuerte abrazo a sus dos mejores amigos.

—Gracias, chicos.

—Bueno,  suficientes lloriqueos y dígame qué tienen buen chisme, que queda poco para volver a inundarme a la vida de pobre trabajador explotado —comentó Jin para volver.

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