ˏˋ°•*⁀➷A veces la vida de un semidios no es tan buena como un simple mortal piensa, los dioses abandonan a sus hijos todo el tiempo, este es ese caso, a los hermanos Bonave pasaron por el abandono de su padre, la decepción de su madre tras diez años...
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Grace había llegado al campamento a la temprana edad de cinco años, junto con su hermano que en ese entonces tenía siete. Ambos se criaron juntos y prometieron seguir tratándose como hermanos a pesar de que si los reclamaban dos dioses distintos, la sorpresa llegó cuando ambos fueron reclamados por Némesis a los diez y doce años de edad. Némesis no había reclamado a muchos niños, solo a cuatro o cinco incluyendo a los hermanos, así que su cabaña era algo tranquila y sin mucho disturbio, no como la de Hermes y Ares, donde se encontraban dos de sus amigos.
Clarisse, hija de Ares, acogió a los hermanos desde que llegaron, pues siempre supo que terminarían siendo reclamados por un dios vengativo como su padre. Ella y Killah, el mayor de los hermanos Bonave, eran muy cercanos, ya que a ambos compartían la pasión por la pelea y las armas, más aún si se trataba de lanzas o tridentes. Luego estaba Luke, hijo de Hermes, quien se volvió cercano a ambos hermanos ya que lo defendieron de una matona del campamento cuando apenas llegaba a principios de este año. Luke era menor que Killah, pero mayor que Grace, ya que se llevavan un año. Hasta el día de hoy, los cuatro siguen siendo muy buenos amigos, pero la nueva pelea entre Luke y su padre, hizo que el grupo entero cambie su opinión de los dioses.
Los dioses del Olimpo siempre abandonaban a sus hijos, siempre los dejaban de lado, pero cuando se volvían poderosos, los buscaban y acogían para utilizarlos como peones y así ganar sus guerras personales entre ellos, y eso, al grupo de amigos, no les pareció una muy buena idea. Por más que la relación entre Némesis y los hermanos no era muy buena, , no estaban enojados con ella, estaban enojados con los otros dioses. Desde que los reclamó, la diosa de la venganza y justicia bajaba a la tierra cada uno o dos meses durante uno o dos días para pasar tiempo con ellos, la última vez que bajo fue hace una semana, y les había dejado un par de regalos.
Para Grace, le dejó la caja de Pandora, le advirtió que no la abriera a menos que sea un caso extremo, pues esta contenía todos los males para el ser humano, y si los liberaba, el problema iba a ser volverlos a poner en su lugar. Para Killah, dejó el poder de volar, dándole un trozo de sus alas. Ambos sabían que si algún día atacaban al Olimpo, ellos se encargarían de que su madre no de viera afectada, pues por más de que no la conocieran ni la vieran mucho, ambos la amaban, pues siempre que se metían en problemas, ella los cubría.
En este momento, Grace y Killah se encontraban yendo a una pequeña casa en donde pasaban el rato con sus amigos, allí se encontraban antes de ir a alguna fiesta del campamento o cuando tenían algo que contarse, pero hoy estaban para celebrar, pues Clarisse había vuelto de su última misión.
—No entiendo, ¿por qué a mí todavía no me asignan una misión?- Se quejaban el pelinegro mientras preparaba algo para tomar para sus amigos.
—Es solo suerte, supongo- Dijo Grace mientras tomaba un poco del vaso que le había dado Luke.- A mí y a Killah nos dieron nuestra primera misión unos meses después de que nos reclamaran, así que no creo que falte mucho para la tuya.
