III

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Grace se despertó unos minutos antes de que su alarma sonara, hoy era el día. El día en el que su madre vendría a visitarlos, y ella no tenía la caja de Pandora.

Tenía un problema, desde que tuvo que ir a la enfermería por primera vez, la pequeña cajita no estaba, y eso había sido hace casi un mes. No la había buscado o investigado como para saber su ubicación.

Debía hallar una solución y rápido. Se cambió el pijama y se puso la remera naranja del campamento y unos jeans cortos, salió de su cabaña y se dirigió a la de Hermes. La gran parte de los campistas aún dormían, eran las siete de la mañana.

Hace unos días la habían nombrado capitana de su cabaña, así que debía despertarse antes que el resto y ayudar a organizar las tareas del día. Luke se estaba despertando. Su pelo estaba revuelto, se veía tan bien, sus ojos estaban algo cerrados, pues aún no se despabilaba.

Cuando el de rulos vió a su novia en la puerta de la cabaña, fue hacia ella y plantó un pequeño beso en sus labios, pero vió que esta no se lo había correspondido.

— ¿Qué pasó? — Le preguntó mientras se acercaba a su cara, pues él era más alto.

—— Hoy viene mi madre, y la caja de Pandora sigue sin aparecer. —— Al decir esto, el de rulos se puso algo nervioso, la chica no lo notó porque estaba mirando hacia otro lado.

— Podemos conseguir una caja y pintarla como si fuera la de Pandora, luego la buscamos. — Propuso el chico.

Llamó al capitán de la cabaña de Apolo, pues estos podían hacer la caja y que quedara igual a la original. El chico les dijo que sí y se marchó a preparar otras cosas.

— Ahora que está todo resuelto, quiero pasar un rato con mi novia antes de que me tenga que ignorar todo el día. — Dijo y la entró a la cabaña.

Al rato salieron ambos hacia el bosque, donde desayunarían solos para que nadie los moleste. Consiguieron una pequeña banca de madera y acomodaron las cosas allí. Los dos estaban hambrientos, había tenido que limpiar el comedor, la cocina y el patio delantero de la gran casa.

— Entonces, ¿estarás con Hugo? — Preguntó el chico.

— Sí, espero que mi madre no se quede por dos días como la última vez. — Dijo y tomó un poco de agua.

— ¿Y se tienen que besar? — Habló el pelinegro con algo de enojo.

— ¡No! ¿No? — La chica dudó, no quería tener que darle un beso a su mejor amigo, pero si su madre no le creía...

— Está bien, no me enojare, pero espero que Hugo no se emocione mucho. — Le dijo con una pequeña risa.

Ambos se quedaron charlando hasta que terminaron de comer. Se fueron al campamento y el chico se fue a su cabaña.

A love with Betrayal- Luke Castellan x TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora