El verdadero prólogo.

Muerte

Un día, de repente, comencé a pensar en la realidad, comencé a preguntarme "¿Y sí esto no es real?, ¿qué es lo real?".

Intentando responder mis preguntas, comencé a creer que, quizá, el ser un humano, me limita a ver la realidad como... vaya la redundancia, en realidad es.

Tan solo, cuando intento meditar, me pica el cuerpo, necesito ir al baño, o alguien me habla, y al final... no puedo hacerlo.

O pensar en que, otros animales ven más colores que nosotros, me hace creer que, lo que veo, en realidad ¡no existe! las cosas no son de la forma en la que pretenden ser.

Entonces, se me ocurrió una idea, dejar de ser un humano, pero, ¿qué es lo que me hace un humano?, lo pensé durante un tiempo, quizá tarde menos de lo que yo creía, y concluí que, un humano, está hecho de sentimientos, sentidos, reflejos, instintos y pensamientos.

De esta forma, empecé a deslindarme de todos ellos, me acosté en la cama y cerré los ojos, intenté no moverme, para deshacerme del sentido del tacto; y así, lentamente noté que, ya no tenía pies, ni piernas, ni glúteos... ¡Ni brazos!

Pero aún faltaba algo, el pecho, abdomen, espalda y cabeza.

Mi respiración, aun la podía sentir, sentía mis pulmones inflarse y desinflarse, y pensé que, no iba conseguirlo, sin embargo, no había llegado tan lejos para nada, y aferrada a encontrar la realidad, empecé a respirar menos, cada vez más relajada, y lenta... hasta que, ya no había nada.

Dejé de sentir mi pecho, el abdomen, la espalda y mi cabeza, ¡por fin!, pude deslindarme de mis sentidos, y aunque aún podía oír... fue el menor de los problemas, pues el ruido se fue desvaneciendo poco a poco.

Las emociones ya no me atormentaban, el tacto no era necesario y nunca lo fue, así como tampoco lo fueron mis ojos, el gusto, ni el oído u olfato. Mis reflejos e instintos ya no eran lo que se supone debían ser, sino que, eran lo único real, gracias a ellos, yo podía dar todo por hecho, no necesitaba de libros ni de educadores, yo siempre supe todo, todo el tiempo, y mis pensamientos dejaron de ser vanos y sin sentido.

Yo aún existía, pero deje de ser humana.