Siete

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El rubio salió corriendo de su casa en la mañana del día siguiente, apresurado y rezando agobiado para que Seungmin apareciera temprano, pues tenía que hablar con él rápidamente para que no se le hiciera muy tarde.
Se sentó en la arena con cuidado para no ensuciarse demasiado y esperó unos minutos. Cuando menos se dió cuenta, Seungmin estaba saliendo del agua con calma y una gran y bonita sonrisa, dirigiéndose hacia él.

—Buen día —saludó el mayor, recibiendo el saludo de vuelta pero de diferente manera.

El tritón con collar de perlas se acercó completamente hasta él para dejarle un dulce besito en la mejilla.
Esa era su forma de darle los buenos días a su prometido.

—Seungmin, tengo que hablar contigo rápido —dijo apresurado.

—¿Qué pasa?

El rubio tomó la mano del otro y mientras la acarició la llevó a su propia rodilla— vengo a decirte rápidamente que ya conseguí trabajo.

—Oh... ¿Y para qué? —frunció su entrecejo con duda.

—Para tener dinero.

—¿Para qué necesitas dinero?

—Lo estuve pensando y creí que estaba bien ahorrar en caso de cualquier cosa para el futuro... Más que nada pensé en ti.

—Oh —la expresión de confusión de Seungmin se convirtió a una de alegría inmediatamente— ¿Sí?

—Sí. Pero el trabajo tiene desventajas y una de las más grandes es que ya no te voy a poder ver en las mañanas, casi todos los días.

—¿Cómo? —su sonrisa se borró velozmente—, ¿pero por qué?

—Porque el trabajo que conseguí es en las mañanas —aclaró con paciencia—. Y de hecho, comienzo hoy, así que en un rato tengo que estar allá.

—¿No te vas a poder quedar conmigo?

—No, bonito —negó desganado y con tristeza vio cómo Seungmin parecía querer comenzar a llorar.

A Chris se le rompió el corazón, él también quería estar con Seungmin toda la mañana en lugar de andar de mesero o lavando trastes por no mucho sueldo que digamos. Para ser sinceros a nadie le gusta trabajar, pero se tiene que hacer, porque desgraciadamente el dinero no crece en los árboles.

—No llores, ven —lo llamó triste, abriendo sus brazos para recibirlo en un gran abrazo— lo hago por nosotros, piensa en eso, ¿sí? Además, no es el fin del mundo. Podríamos vernos en la tarde, ¿no te parece?

—Me gustaría, pero casi siempre tengo cosas qué hacer.

—Lo entiendo.

—Pero... Veré si puedo escaparme —sonrió más animado.

—¿No te meterías en problemas? —le preguntó inseguro.

—No creo, voy a pedirle a mis hermanos que me ayuden.

—Mm... —entrecerró sus ojos dudoso, pero al ver la cara suplicante de Seungmin, decidió aceptar—, está bien.

—Entonces nos vemos aquí en la tarde.

—Sí —Chris le asintió sonriente.

—Suerte —dijo Seungmin con una bonita sonrisa, acercándose al mayor para darle un beso en la mejilla, pero se apartó un poco cuando vio que Chris volteó con él de forma juguetona, por lo que estuvo a punto de besarlo en la boca—. Tramposo, quítate —lo intentó apartar divertido.

—No te cuesta nada, sólo uno rápido —pidió esperanzado.

—No lo creo —le sonrió divertido antes de darse la vuelta para luego comenzar a alejarse. Una vez estando adentro del agua se volteó brevemente con Chris, sonriéndole con cariño—. En cuanto el sol se comience a esconder, te veo aquí.

Inwaterland | Chanmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora