Nueve

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Chris sintió ese mismo día mucho más rápido de lo habitual; el tiempo en el trabajo se le pasó volando y esa sonrisita risueña firmemente plasmada en su cara nadie se la pudo quitar por ningún motivo. Esto debido principalmente a que no pudo dejar de pensar en Seungmin y en lo que se habían dicho. Se estaban comenzando a enamorar, y ese futuro en el que Chan no estaría solo se veía cada vez más posible y tan real que lo podía imaginar. Ya no se atormentó pensando en cómo sería vivir con alguien que ni siquiera era de su especie, sino que se la pasó soñando despierto con todas las cosas buenas que podrían llegar a hacer juntos, pues a pesar de cualquier otra cosa, sabía que eran muy compatibles. Pero como fuera, algo estaba aprendiendo de Seungmin, y era que debía relajarse y dejar fluir las cosas, puesto que de nada servía torturarse con pensamientos malos que más que servirle de algo, lo podían afectar gravemente en la vida.
Seungmin lo estaba ayudando demasiado y no dejaba de desear que ojalá él estuviera haciendo lo mismo por el tritón, pero de igual manera dejó de repetirse tanto que no era bueno para el menor, pues Seungmin le decía lo contrario todo el tiempo, haciendo que Chan se sintiera muchos más seguro de si mismo, algo impresionante.

Mientras pensaba en eso, Chris se apresuró a organizar sus cosas para salir del trabajo lo más rápido posible, pues ya se le estaba haciendo algo tarde para reunirse con Seungmin. Pero cuando terminó y ya estaba a nada de correr afuera de ahí para ir a su casa, Minho se le apareció en frente, como un endemoniado fantasma, con sus enormes ojos gatunos mirándole fijo.

—¡AH! ¡Minho! —asustado se sostuvo el pecho para que no se le fuese a salir el corazón.

—Chris —habló serio, como el chico lo era casi siempre.

Chan se calmó y seguidamente se propuso relajarse, ya que si el menor lo veía apresurado seguramente lo llenaría de preguntas que le darían aún más nervios responder—. ¿Qué pasa?

—¿Estás libre hoy? Porque estaba pensando que podemos hacer algo, con Hyunjin, si no les molesta: Jisung... Y si tú quieres invitar a tu amigo.

Normalmente accedería de inmediato a salir con sus amigos, pero todo en ese día estaba mal por obvias razones, ya que en primer lugar, había acordado verse con Seungmin, y sabía que este era perfectamente capaz de que si Chris no le avisaba que no llegaría, regresando lo encontraría adentro de su casa con sus abuelos probablemente infartados a su lado. Y en segunda, estaba el hecho de que el menor jamás podría salir con ellos a menos de que fuera en la próxima luna llena. Por eso supo de inmediato que el que se hayan encontrado con Minho el día anterior fue un desastre, ya que conociendolo no dejaría de preguntar por ese "amigo"; y Lee era tan inteligente que seguramente comenzaría a sospechar. De todas formas, Chan siempre intentaría hacer el esfuerzo para que Minho dejara el tema de la "sirena" de una buena vez.

—Lo siento mucho —se disculpó sinceramente, apenado—, hoy tengo cosas que hacer.

—¿En la playa? —Minho entrecerró sus grandes ojos con sospecha.

—¿C-cómo...?

—Con la sirena.

A Bang le dio un mini paro cardíaco que intentó disimular a toda costa—. ¿Vas a seguir con eso? —habló con un deje de molestía—. Minho, ya te dije que-

—¿Entonces qué es lo que tienes qué hacer?

—Voy a... Pescar.

—Seguro, porque a esta hora habrán demasiado peces —abrió sus ojos con normalidad pero su mirada sobre Chris seguía siendo sería—. Finjamos que te creo. Jisung y yo vamos contigo.

—No, no se molesten...

—Hola —repentinamente llegó un tercero a la conversación, quien de inmediato se dirigió a Minho para saludarlo, al principio únicamente con una palmadita en el hombro, pero luego de revisar discretamente que no hubiera nadie más a su alrededor dio un corto beso a sus labios antes de girarse hacia el mayor frente a ellos—. Hola, Chan.

Inwaterland | Chanmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora